Los Chachapoyas se desarrollaron entre
años 800 y 1570 D.C. Geográficamente habitaron en lo alto de los Andes peruanos
por lo que se los llamó “gente de las nubes”, donde, siguiendo los cursos de
agua, compartían “negocios” y culturas con los habitantes de la cuenca del río
Amazonas.
Este pueblo tuvo características peculiares: colocaban a sus muertos en paredes rocosas de gran altura para que nadie los alcanzara; construían en piedra edificios redondos; se defendían de sus enemigos en estructuras con pasillos (tipo embudos), que en un determinado momento eran tan angostos que no pasaba ni un solo hombre y allí eran controlados, y además eran de piel “blanca”.
Hoy significan un polo turístico de gran importancia en que las niñas “rubias” hacen de guías, orgullosas de sus ancestros.
¿Quiénes fueron?
Ubicada a 2.483 msnm y entremedio de las montañas del norte del Perú, la actual localidad de Chachapoyas se gana el título del secreto mejor guardado de la nación.
La ciudad es la capital del Departamento de Amazonas, y por ende el centro
neurálgico de muchas actividades para los viajeros que buscan aventura y a la
vez empaparse del pasado cultural e histórico de la zona.
El nombre Chachapoyas fue dado a esta cultura por los Incas. El nombre que esta gente pudo haber usado para referirse a sí mismos no se conoce. El significado de la palabra Chachapoyas puede derivarse del quechua sach'a phuyu (sach'a = árbol, phuyu = nube) que significa "bosque nublado", que simplificaron como “gente de las nubes”.
Otra alternativa es que puede haber sido de sach'a-p-qulla (sach'a = árbol, p = de la, qulla = el nombre de un reino preincaico de Puno que los Incas usaban como término colectivo para los muchos reinos alrededor del Titicaca) el equivalente de "gente qulla que vive en los bosques".
Los Chachapoyas vivieron en las alturas del bosque
del Valle de Utcubamba. La capital de este cuasi imperio era Kuélap, fundada
unos 800 años DC, y perduró casi 800
años.
En 1470 de
nuestra era los incas intentan su anexión al imperio, situación que es
continuada por las guerras civiles incaicas hasta 1532 cuando los
“conquistadores” españoles arrasan con casi todo hasta que en 1570 la cultura
Chachapoya es “disuelta”.
Años DC |
Etapas |
Duración aproximada (años) |
800
– 1470 |
Chachapoya Clásica |
700 |
1470
– 1532 |
Chachapoya
– Inca |
60 |
1532
– 1570 |
Chachapoya
– Colonial Temprano |
40 |
Los “originales” en la etapa clásica
La cultura Chachapoyas se desarrolló en un aislamiento geográfico y orográfico, sin embargo, hay evidencias de que, esporádicamente, interactuaron con otros grupos que habilitaban al norte y el oeste del río Marañón. Los restos hallados tanto de su producción artística como arquitectónica parecen sugerir que descendían de inmigrantes andinos que adaptaron su cultura ancestral al nuevo medio.
Esta cultura floreció en zonas ubicadas en la ladera este de los Andes, entre los 2 mil y 3 mil metros, sobre el nivel del mar. Región bastante húmeda por las continuas lluvias, con densa vegetación, pantanos y permanentemente cubierta por neblina.
El desarrollo relativamente aislado de los Chachapoyas llegó a su fin
cuando en el siglo XV fueron invadidos por los Incas, sin embargo pruebas
recientes de estudios genéticos demuestran que no fue estrictamente así.
Descubrimientos de 1843 ubican a este pueblo a
3.000 m s. n. m., en la cima de las montañas que domina el estrecho valle del
río Utcubamba. Una imponente fortaleza, de seis hectáreas de extensión, es una
de las más grandes de América.
La obra Chachapoyas más grande y más conocida
es Kuélap, conformado por un conjunto de
gigantescas murallas y plataformas construidas sobre la cima de una montaña
escarpada y agreste.
Los muros que la sostienen, levantados con piedras uniformes y careadas, se
elevan hasta casi 20 metros. Se especula que pudo ser un gran centro
administrativo de la producción agraria donde además se hacían rituales
propiciatorios de la fertilidad, como ocurrió en gran parte de la arquitectura
monumental de los Andes antiguos.
El recinto estaba conformado por 420 viviendas de forma circular y altos techos inclinados de paja.
Su especial ubicación tenía como finalidad facilitar el trabajo de sus defensores, que prácticamente solo tenían que preocuparse de cuidar un flanco de la edificación, además de tener una vista panorámica de todo el valle.
El montaje defensivo se complementa con dos torreones situados al norte y al sur del complejo, y estrechos pasillos diseñados para que los eventuales invasores solo pudieran avanzar en fila de a uno y allí controlarlos.
Restos de hachas de piedra y
proyectiles para honda han sido hallados cerca, los cuales evidencian los
combates que se llevaron a cabo en este lugar.
La organización social de los Chachapoyas era
extremadamente simple: dividía a diversos grupos
étnicos que comparten una similar tradición cultural que se unieron en una
especie de Estado Confederado ya a comienzos del año 800 d.C. Las grandes
provincias eran totalmente independientes entre sí y estaban controladas cada
una por un gobernador.
Uno de los principales argumentos para descartar la existencia de
organizaciones políticas complejas en Chachapoyas es la inexistencia de
residencias de élite para hipotéticas autoridades políticas centrales, algo a
considerar teniendo en cuenta la clásica y férrea jerarquización social andina.
Los únicos líderes Chachapoyas habrían sido caudillos de guerra activos
llamados shinchi en circunstancias
excepcionales, como lo sugieren pinturas rupestres que representan personajes
victoriosos exhibiendo armas, vistosas indumentarias y cabezas-trofeo.
Más tarde, bajo la
influencia incaica este sistema de gobierno fue reemplazado por los curacazgos,
con jefes políticos y administrativos (curacas)
Vale la pena acotar que la palabra "shinchi" (jefe
guerrero) fue opacada por la generalización del término curaca. En suma, es altamente probable que en Chachapoyas
habrían existido múltiples sociedades aldeanas-tribales que correspondieron a
distintas etnias las cuales, aunque se cree que ocasionalmente cooperaban
juntas para la construcción de monumentos como Kuélap,
solían incurrir en conflictos bélicos.
Estos grupos compartieron
un mismo idioma, así como costumbres y técnicas de cultivo similares. Se
congregaron para las ceremonias religiosas o para defenderse del ataque de
algún pueblo enemigo.
Los habitantes de la cultura Chachapoyas dependieron de la agricultura, del pastoreo, la caza y la recolección para su subsistencia.
La agricultura se
desarrolló aprovechando el acceso a una gran variedad de ecosistemas. Las
laderas de los cerros se transformaron en anchas terrazas de cultivo y las
zonas bajas se cultivaron en campos con elaborados sistemas de drenaje.
Cultivaron tubérculos como la papa, la mashua, la oca y el olluco, y en granos
como la quinua y la kiwicha en zonas que varían desde los 3.200 hasta los 3.800
metros sobre el nivel del mar.
Además, basaron su economía en la producción doméstica de cerámica y de textiles, aunque no se destacaban en ellas. La producción y el intercambio de alimentos ayudaban a consolidar las redes sociales y las alianzas entre las poblaciones, particularmente con los habitantes de la cuenca del río Amazonas.
Los chachapoyas mantenían un gran respeto por sus difuntos ya que lo consideraban especiales. Destacaron gracias a dos modalidades de entierros: los sarcófagos, que eran tumbas unipersonales con forma humana, y los mausoleos, que eran tumbas colectivas. Ambos se caracterizaban por estar construidos en cavernas naturales o excavadas en laderas verticales inaccesibles.
Mausoleos Chachapoyas en las paredes verticales de las montañas
Desarrollaron un lenguaje simbólico con motivos geométricos característicos en forma a triángulos, rombos, serpenteados y ornamentos cuadrados, que aparecen sobre las viviendas circulares en frisos de piedra caliza y lajas. Los símbolos fueron de valor significativo, tanto a nivel étnico como social.
Cieza de León (conquistador e historiador español), describe a los
Chachapoyas como los más graciosos y de tez más blanca entre los nativos.
"Son los más blancos y agraciados de todos cuantos yo he visto en las Indias que he andado, y sus mujeres fueron tan hermosas que por serlo, y por su gentileza muchas de ellas merecieron ser de los Incas y ser llevadas a los templos del sol [...] andan vestidas ellas y sus maridos con ropas de lana y por las cabezas solían ponerse llautos (turbantes de vivos colores), que son señal que traen para ser conocidas en todas partes".
Hoy se pueden ver descendientes de Chachapoyas que poco tienen que ver con el fenotipo peruano incaico.
Varias
teorías e hipótesis se han planteado para explicar esta situación. Una de
ellas, difícil de comprobar, es la incursión de celtas y fenicios que
ingresaron por el Amazonas hacia el Oeste mil años antes del “descubrimiento”
de América por parte de Cristóbal Colón.
Mujeres descendientes de la cultura Chachapoyas
Construcciones de Santa Trega en Galicia (España), límite con Portugal se encuentra el Yacimiento Arqueológico del Barrio de Mergelina, de gran similitud con el Kuélap peruano, avalan de cierta manera estas teorías.
La etapa Inca
Esta duró alrededor de 60 años
(entre 1470 y 1532). Túpac Yupanqui fue el primer Inca que contempló la
posibilidad de sojuzgar Chachapoyas, no obstante decidió tomarse un tiempo para
organizar sus fuerzas.
Chachapoyas era un objetivo atractivo debido a los recursos que ofrecía,
además de suponer una posición estratégica y firme desde la cual enviar
expediciones al este, adentrándose en las selvas
tropicales.
El ejército incaico reunió una cifra aproximada de 20 000 soldados, en su
mayoría, provenientes del Collasuyo
(sector sur del imperio que llegaba en la Argentina hasta Santiago del Estero y
Mendoza), para atacar desde el sur.
Estudios recientes de ADN revela la fuerte resistencia de cultura Chachapoyas al dominio Inca. El hallazgo rebate la teoría que indicaba que los Chachapoyas
fueron reubicados forzosamente como medida de castigo tomada por los Incas.
Análisis de ADN realizados en la población actual de la región peruana de Chachapoyas (norte) revelan que sus habitantes originarios no fueron desarraigados en masa por el Imperio Inca a finales del siglo XV, tal y como se suponía, y que los Chachapoyas aún hoy siguen distinguiéndose genéticamente.
Este hallazgo rebate la teoría transmitida durante siglos por los relatos orales de los propios conquistadores de que la rebelde población nativa fue reubicada forzosamente como medida de castigo fuera de Chachapoyas, absorbida y diseminada a lo largo del Imperio Inca, según un nuevo estudio que publica hoy la revista Scientific Reports.
El
actual estudio revela cómo la población de Chachapoyas, por contraste, se
mantuvo relativamente aislada, por lo que "al
parecer parte de la herencia genética de los Chachapoyas de
hecho resistió el impacto Inca hasta hoy".
Período colonial
Este se extendió por 40 años entre 1532 y 1570. Los primeros españoles que arribaron a Chachapoyas en 1535, capitaneados por Alonso de Alvarado. Allí se toparon con un entorno violento y fraccionado, a lo que se le sumaba una epidemia de viruela y crisis en la producción agrícola.
El totalitarismo inca había
suprimido temporalmente los conflictos internos en Chachapoyas. Los Chachapoyas
más aislados vivían bajo la constante amenaza de incursiones y saqueos contra
sus campos de cultivo, perpetrados por otras poblaciones de Chachapoyas como
los charrasmal, quienes aparentemente cometían pillaje como un intento de
sobrellevar la caótica situación. El curaca Guamán, impotente de ejercer su
poder, colaboró con los hispanos a fin de restaurar el orden.
A pesar de todo, algunos asentamientos Chachapoyas todavía conservaban cierta autonomía, a pesar de las autoridades españolas.
La última etnia de Chachapoyas en ser conquistada por los hispanos fueron los llamados Orimonas. Sus territorios eran los más orientales, casi rozando con la selva, siendo sumamente agrestes, tupidos e infestados de jaguares.
El objetivo español era aprovechar el potencial climático de la zona orimona para que campesinos Chilchos pudiesen cultivar y cosechar algodón como tributo al régimen virreinal. En esta campaña se apeló a los perros de guerra y la quema de aldeas, alzándose los hispanos con la victoria.
Paulatinamente, los rezagos culturales Chachapoyas fueron disueltos y
absorbidos dentro de la nueva sociedad virreinal. Esta significó el ascenso
definitivo del quechua como lengua
principal (en detrimento del idioma chacha vernáculo)
y el auge de componentes culturales foráneos.
Epílogo
Curiosear estos descubrimientos antropológicos de cerca y compararlos con otras culturas debería darnos una oportunidad de abrir la cabeza y repensar la “historia oficial”.
Bibliografía
CAILLAVET,
C. y RAMÍREZ, S. E. (2008). Dinámicas del poder: historia y actualidad de la
autoridad andina. https://doi.org/10.4000/bifea.3193.
El COMERCIO. (2017). Estudio de
ADN revela resistencia de cultura Chachapoyas a dominio inca. CIENCIAS. https://elcomercio.pe/tecnologia/ciencias/estudio-adn-revela-resistencia-cultura-chachapoyas-dominio-inca-noticia.
LÓPEZ, C. y AGUILAR, J. (2014). Cultura Chachapoyas. Historia del Perú. https://historiaperuana.pe/periodo-autoctono/cultura-chachapoyas
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TRAVEL (2020). Descubre Kuélap, la imponente fortaleza de la cultura. https://www.peru.travel/es/masperu/descubre-kuelap-la-imponente-fortaleza-de-la-cultura-chachapoyas.
RODRIGO (2019). Chachapoyas: el secreto mejor
guardado de Perú. https://www.denomades.com/blog/chachapoyas-secreto-mejor-guardado-peru/
WIKIPEDIA. Cultura Chachapoyas. https://es.wikipedia.org/wiki/ Cultura_chachapoyas