jueves, 18 de julio de 2019

El arriero. No solo una buena canción



Arrieros y troperos. Alma y vida del comercio colonial y de las luchas por la independencia. Este viejo oficio, heredado de los españoles, fue tan importante como la intensidad de las armas y las estrategias de los contendientes.

Arrieros para llevar vituallas de arriba para abajo, ida y vuelta, bajar la plata del Potosí, y arriar los vacunos de San Martín en el Cruce de Los Andes.

Casi no tienen nombre, pero se merecen que nuestros pueblos, plazas y calles los recuerden.

Algunos pasaron a la historia, y el nombre de estos debería ser representativo de tantos otros, pero no. Fueron miles: jóvenes, veteranos, soldados y civiles, indígenas, mestizos y gauchos.

Hoy son pocos, pero tan valiosos como aquellos.

Vaya acá un minúsculo homenaje a semejante oficio que durante más de 300 años le sirvieron a la Patria, andando por donde casi no se podía andar, y que solo el ferrocarril pudo desplazar.