viernes, 22 de febrero de 2019

Quiroga. Un muerto oculto por intolerancia política



La intolerancia política en nuestro país ha sido una constante desde sus inicios. Tal vez el caso de la tumba de Facundo Quiroga sea una demostración más de que no solo no soportamos las ideas ajenas, sino que también las queremos combatir a lo que diese lugar.

Facundo fue asesinado en 1836, y luego de mucho deambular, su féretro “se perdió” en 1877, cuando los descendientes de sus adversarios intentaron profanar el sepulcro.

Pasaron casi 130 años hasta que recién en el año 2004 un grupo de expertos lo descubre encerrado en una doble pared del mausoleo familiar.

Sus descendientes aún no autorizan la extracción de ADN y por lo tanto la Comisión Nacional de Museos, Monumentos y Lugares Históricos no lo pueden declara­r Sepulcro Histórico Nacional, como lo pretenden algunos historiadores.