viernes, 31 de diciembre de 2021

El General Román Deheza y el fusilamiento de prisioneros de guerra

 


Cuando los argentinos buscamos excusas no hay quien nos gane. Pocos nos hacemos cargo de nuestros propios errores, y son “errores más graves” los que comete el enemigo.

La escalada de violencia se hace infinita, las apuestas de muertes se duplican como en un tablero de juego.

Al General Roman Deheza le sobraban medallas por sus actos como oficial de San Martín, Bolívar o Sucre, sin embargo, y a pesar de su experiencia en las guerras por la independencia “mostró la hilacha” en la guerra civil de nuestro país.

Unitario por convicción, participó en la batalla de La Tablada bajo los órdenes del General Paz, quien, a pesar de sus buenas consideraciones, en sus memorias lo calificó: “En una palabra, tenía más brío que cabeza, o según la expresión de Napoleón, no era cuadrado, pues tenía más base que altura”.

Por problemas de venganzas personales, luego de la victoria unitaria en la Tablada, Deheza fusiló “por quinteo” (uno por cada cinco), a los soldados prisioneros del ejército de Facundo Quiroga, quien, continuando el espiral de violencia, lo imitó en varias otras oportunidades.

El contexto de la época

Producido el movimiento decembrista (ocurrió un 1 de diciembre), de Lavalle en 1828, que culminó con el fusilamiento de Dorrego, la Legislatura de Córdoba otorgó al General Bustos facultades extraordinarias para enfrentar al gobierno unitario de Buenos Aires.

El Gobernador expidió una proclama condenando en términos enérgicos a la revolución y procesando al partido unitario.

“Quienes derrocaron al Gobierno general son los mismos que en 1814 pidieron a Carlos IV, un vástago de la Casa de Borbón, para que se pusiese de rey entre nosotros (lo decía por Rivadavia), los que en 1815 protestaron al embajador español en el Janeiro, conde de Casa Flores, que si habían tomado intervención en los negocios de América había sido con el objeto de asegurar mejor los derechos de S.M. Católica en esta parte de América (lo decía por Alvear), los mismos que en 1816 nos vendieron a Juan VI entonces príncipe de Lucca (lo decía por Valentín Gómez y Pueyrredón), en fin, los autores de todas las desgracias en América.

Por eso uno de los primeros objetivos militares de los decembristas fue atacar Córdoba y el General José María Paz, al frente de una fuerza de 1.000 hombres, la invadió. Como no le interesaba un triunfo militar sino el gobierno, y guardaba respeto por Bustos, quiso negociar.

Le pidió a Bustos que llamara a elecciones con el compromiso que ninguno de los dos sería candidato, sin embargo lo arrinconó en San Roque y le exigió que delegara en él el llamado en elecciones. Bustos no aceptó las imposiciones unitarias.

La Batalla de San Roque (lugar del actual Lago San Roque en Córdoba), en abril de 1829, puso fin a la administración de Bustos y a su carrera política, pues su antiguo camarada y subordinado en Arequito, no sólo lo derrotó militarmente sino que lo depuso como gobernante.

Juan Bautista Bustos huyó a La Rioja buscando la protección de Facundo Quiroga que por supuesto encontró, y le dice: 

"Es necesario hacer ver a estos serviles que no somos caciques, sino unos amantes de la libertad de nuestra patria y nuestros pueblos."

A las órdenes del caudillo riojano se produjo la batalla de La Tablada el 22 de junio de 1829, donde el General Paz “con movimiento de contradanza” (según la expresión del “Tigre de los Llanos”), obtuvo una brillante victoria.

El ejército comandado por Paz, numéricamente inferior pero mucha más disciplinada, mejor pertrechada (Paz era in militar muy preparado y gran estratega), y con abrumadora superioridad de artillería y dirigido por un extraordinario táctico-estratega, derrotó a las fuerzas de Quiroga.

El General Román Deheza era Jefe de Estado Mayor en esta batalla. 

¿Quién fue Román Deheza?

Román Antonio Deheza nació en Córdoba en 1791, educándose en el Real Colegio de Monserrat. A los 19 años se enroló en Ejército del Norte como voluntario, y combatió bajo las órdenes del General Antonio González Balcarce en las batallas de Cotagaita, Suipacha y Huaqui.

En 1813 fue enviado a Chile, como oficial de la división cordobesa del Batallón de Auxiliares Argentinos, bajo las órdenes de Las Heras. Dicha tropa estaba destinada a reforzar el ejército chileno, que se defendía de los contingentes realistas enviados por el virrey Abascal. Combatió en las batallas de Cucha Cucha y Membrillar.

Pasó a las fuerzas del general O'Higgins, a cuyas órdenes luchó en la derrota de Rancagua con el grado de Capitán.

Regresó a Mendoza, donde se incorporó al Ejército de los Andes bajo las órdenes del General José de San Martín. En 1817 cruzó la Cordillera de los Andes y combatió en las batallas de Guardia ViejaChacabucoCurapaligüeCerro Gavilán, en el sitio de TalcahuanoCancha Rayada y en la gran victoria de Maipú. Permaneció después en la guarnición de Valparaíso, con el grado de Teniente Coronel.

En 1820 formó parte de la Campaña de Arenales al Perú, como jefe del batallón 11 de infantería - fundado por Las Heras - y peleó en la batalla de Cerro de Pasco, en que tuvo una actuación relevante y por esta victoria fue ascendido al grado de Coronel. Participó en la llamada Campaña a puertos intermedios, interviniendo en el grupo de asalto en el sitio del Callao.

Retirado San Martín, luchó a órdenes de Simón Bolívar en Junín, y a órdenes de Sucre en la definitiva victoria de Ayacucho.

Al año siguiente fue designado jefe del estado mayor del ejército libertador por el General Bolívar, con el que marchó hasta Arequipa y al Cuzco, donde permaneció hasta enero de 1826.

Volvió a Buenos Aires y se unió a la Guerra del Brasil, luchando en las victorias de BacacayYerbal e Ituzaingó. En esta última batalla fue el jefe del estado mayor, ya que el General Mansilla, que ocupaba ese cargo, dirigió tropas en la batalla.

Regresó a órdenes del general Juan Lavalle a Buenos Aires y participó en la revolución de diciembre de 1828.

La Tablada

Cuando el General José María Paz invadió Córdoba, Deheza se unió a este como Jefe de Estado Mayor.

Quiroga debía imponerse a Paz para resguardar el poder federal de las provincias. Dio un largo rodeo desde los llanos riojanos por Rio Cuarto y con 5.000 hombres llegó a Córdoba, evitando cruzarse con los refuerzos que recibía Paz desde las provincias del norte.

 

En las acciones de la Tablada, el 22 de junio y en la madrugada del día siguiente, se batió con denuedo, teniendo a su cargo, el centro de las fuerzas del General Paz.

 

Facundo Quiroga ataca sorpresivamente la ciudad de Córdoba y Paz decidió retomarla, para lo cual envió en misión de exploración a uno de sus oficiales ayudantes, el Capitán Rafael Correa. Este oficial se aproximó demasiado a la ciudad y fue abatido por los federales apostados en la misma.

 

Ante este suceso Paz decidió enviar una comitiva para parlamentar con los federales que defendían las posiciones de la ciudad y persuadirlos de rendirse. Encabezaba este parlamento el Capitán Dionisio Tejedor, de Buenos Aires y amigo del General Paz.

 

Cuando la comitiva se aproximaba a la ciudad portando bandera blanca, Tejedor fue muerto por disparos de mosquetería hechos desde una azotea.

Este hecho decidió a Paz a atacar la ciudad cuando a su vez llegó a su campamento un parlamentario de los federales, el Teniente Coronel José Argüello.

Este aseguró a Paz que el asesinato de Tejedor había sido un error, y que quienes lo habían cometido ya habían sido apresados por los propios federales y esperaban su castigo por el hecho.

Aceptada esta explicación, el General Paz hizo entrar a su ejército en la ciudad y tomó el control de ella, rindiéndose los escasos soldados de infantería que Quiroga había dejado allí. La artillería con que contaban había sido sacada por Quiroga para llevarla a las afueras, más concretamente a La Tablada.

El triunfador, General José María Paz, dijo luego de terminada la batalla. “Me he batido con tropas más aguerridas, más disciplinadas, más instruidas, pero más valientes, jamás”.

El fusilamiento de prisioneros

Tomada la plaza se produjo el fusilamiento de varios oficiales federales prisioneros y también de los cinco soldados acusados de la muerte de Tejedor. El General Paz en sus Memorias atribuye la responsabilidad al Coronel Deheza, el cual obró sin su consentimiento.

¿Por qué Deheza fusila a los prisioneros? Hay numerosas versiones, desde la represalia por las ejecuciones de soldados por parte de Quiroga en Rio Cuarto, hasta por venganza a la muerte de Tejedor, pasando por “exigencias” de las tropas unitarias y su propia torpeza política.

Deheza capturó gran cantidad de prisioneros en la persecución, y había resuelto pasarlos por las armas a todos, para vengarse de las atrocidades cometidas por Quiroga en la toma de la Capital, en las que resultaron víctimas personas de su familia.

 

Este cedió parcialmente en sus propósitos al ruego de varias personas, fusilando “por quinteo” (uno cada cinco al azar), a cientos de prisioneros.

Sea como fuere, para muchos historiadores, Deheza inaugura una modalidad de fusilar prisioneros “por quinteo” luego de terminada la batalla.

¿Cuántos fueron? Nunca se sabrá. Hay versiones desde 2 hasta más de 20 oficiales y cientos de soldados.

 

Deheza le echó la culpa a un tal Comandante Celman y Quiroga juró que fusilaría a cuantos oficiales toma prisioneros en los próximos combates.

 

Sea como fuese, la sangre argentina siguió siendo derramada en nombre de las ideologías. El terror impuesto por Paz en las sierras de Córdoba (cuya población respondía a Quiroga), incluyó torturas y muertes horrorosas

 

El General Paz, refiriéndose al Deheza en sus Memorias dice:

“Era valiente y aún bizarro en el conflicto de una batalla; en tales ocasiones ha prestado servicios distinguidos, y yo le he debido avisos importantes, mejor diré, inspiraciones de genio que me han sido muy útiles y que me complazco en recordar; pero desgraciadamente éstas no se extendían ni una pulgada más del campo de combate, y ni aún allí era generalmente conducido por impulsos nobles y desinteresados, pues se mezclaban muy a menudo cálculos de ambición u otras pequeñas pasiones, de tal modo que sabían modificar su carácter propenso a la crueldad y disponerlo para alguna acción generosa.

Conocía bien el arma de la infantería y no tenía igual en el ejército para conducir en la pelea un reducido número de batallones.

En una palabra, tenía más brío que cabeza, o según la expresión de Napoleón, no era cuadrado, pues tenía más base que altura”.

El desencuentro con Paz

Al reunirse en Junta de Guerra los principales jefes del ejército para nombrar el General que debía comandarlos en reemplazo de Paz cuando este es tomado prisionero, resultó elegido Lamadrid, quien nombró Jefe del Estado Mayor al General Deheza, pero éste descontento, porque pretendía ser él, renunció y se retiró con su División.

 

Enojado con tal decisión de la Junta resolvió abandonar el país, previendo las desgraciadas circunstancias en que iban a encontrarse sus compañeros de causa, pues no tenía ninguna confianza en la capacidad del General Lamadrid. En parte tenía mucha razón ya que Lamadrid fue un militar mediocre.

 

Deheza se estableció al principio en Ocloca, Bolivia, en los últimos meses de 1831, pasando posteriormente al Perú.

 

Cuando el General Paz organizaba el ejército contra Rosas en Corrientes, en 1845, Deheza ofreció sus servicios, que fueron aceptados, siendo nombrado Jefe de Estado Mayor del mismo a pocos días de su incorporación, habiendo realizado su regreso del Perú a través del Brasil.

 

Final y homenajes

Luego de la caída de Rosas en 1852, el General Deheza se retiró a la vida privada en Chile, falleciendo en la ciudad de Valparaíso el 30 de agosto de 1872.

El 4 de diciembre de 1993, más de 100 años después, bajo la presidencia argentina de Carlos Menem y la gobernación de Córdoba de Eduardo Angeloz, los restos mortales del General Román Antonio Deheza y de su esposa fueron depositados en el Cementerio Parque "Los Robles", de la ciudad de General Deheza en la provincia de Córdoba.

   

Bibliografía

CANAVESE, G.F. Román Antonio Deheza. http://dbe.rah.es/biografias/79119/roman-antonio-deheza

LOPEZ MATO, O. (2020). Más bríos que cabeza... La historia del general Deheza. https://www.historiahoy.com.ar/

ROSA, J.M. (1972), Historia Argentina. Tomo IV. Unitarios y Federales (1826-1841). Edit. Oriente S.A. Buenos Aires, 527 p.

TODO ARGENTINA. Román Antonio Deheza. Biografía. https://www.todo-argentina.net/biografias-argentinas/roman_antonio_deheza.php?id=275

TORRES MOLINA, R. (2020). Facundo Quiroga: de la leyenda a la historia. Ed. Continente. Buenos Aires, 304 p.

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