martes, 29 de diciembre de 2020

Historia con “relatos” versus la realidad Parte 3 (1813-1820)

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La presión del centralismo porteño aspira a más concentración del poder: Los Directorios.

Alvear, que “manejaba” la Asamblea del Año XIII promueve a su tío como Director Supremo, y este poco tiempo después le devuelve la gentiliza.

Muchos Directores en poco tiempo (algunos permanecieron solo 15 días), y tiempos de definiciones por el tipo de país que se pretendía.

En esos tiempos Artigas presionaba desde el litoral, San Martín pedía auxilio desde Mendoza, los congresales querían apurar la Independencia en Tucumán.

Poco tiempo después Buenos Aires y el resto de las provincias se divorcian, iniciándose un largo período de anarquía.


¡¡ Y dale con los unipersonalismos ¡!

Desde la instalación de la Asamblea del Año XIII, ésta mantuvo una superioridad política sobre el gobierno, pero a fines de 1813, dejó de reunirse casi por completo y dejó toda la iniciativa en manos del Segundo Triunvirato.

El 8 de setiembre de 1813 la Asamblea, fuertemente influenciada por las ambiciones de Alvear, decidió suspender por un tiempo sus sesiones y nombrar una comisión permanente de cinco miembros que debía convocar a los diputados en caso de necesidad.

Por la misma resolución autorizó al Triunvirato “para que obre de por sí, con absoluta independencia durante la suspensión de las sesiones”.

Esto significaba otorgar al gobierno “facultades extraordinarias”. Dice el documento: 

“La experiencia del mando y el conocimiento inmediato de nuestras transacciones han enseñado a este gobierno que, para dar el impulso que requerían nuestras empresas y el tino que nuestros negocios exigían, la concentración del poder en una sola mano es indispensable”.

Ante tales perspectivas, que anunciaban tiempos aún más difíciles, la Asamblea General Constituyente resolvió concentrar el poder en una sola persona que llevaría el título de Director Supremo de las Provincias Unidas,  que ejercería el Poder Ejecutivo. Este debería darle agilidad y mayor ejecutividad a las decisiones políticas y administrativas que debían tomarse ante la compleja situación que atravesaba el Río de la Plata.

El Directorio fue de carácter unitario, debido a que las autoridades residían en Buenos Aires y no había diputados del resto de las provincias.

Una vez establecido que se sucedería otra forma de gobierno, un Tercer Triunvirato de transición tomo el mando. San Martín, Matías de Irigoyen y Manuel de Sarratea ejercieron el poder provisoriamente de este Tercer Triunvirato hasta el nombramiento de un nuevo Director Supremo de las Provincias Unidas del Río de la Plata.

Debido a la fugacidad del gobierno (tan sólo dos días), no se aplicaron reformas y la obra de gobierno fue casi nula, siendo su única función evitar la acefalia del Poder Ejecutivo.

El siempre ambicioso Carlos María de Alvear, apoyado por un sector de la Logia Lautaro, promovió la elección del primer Director Supremo, que “cayó” en manos de su tío, don Gervasio Antonio de Posadas.

El Director se desempeñaría dos años en sus funciones, en las que era acompañado por dos secretarios, y un Consejo de Estado que lo asesoraría sobre todo en materia de política internacional.

Siguiendo la estrategia planteada por su sobrino, Posadas, renunció antes de terminar su mandato, asumiendo el mando ¿quién?, sino el mismísimo Carlos María de Alvear. 

La creación del Directorio inauguró la tradición de los poderes ejecutivos unipersonales en nuestra historia institucional, pero lamentablemente fracasó al emprender una política centralista y hegemónica sobre todo el territorio de las Provincias Unidas, pues dedicada a aplastar todo reclamo localista por parte de las provincias, fue llevando al país a sangrientas luchas fratricidas.

Al tiempo que crecía el desprestigio del Director Supremo al conocerse las gestiones que había encargado ante distintas monarquías para coronar en estas tierras a un príncipe extranjero, se afirmaban en el interior las ideas que del federalismo y las autonomías provinciales, como exigencias irrenunciables ante el avasallamiento de las pretensiones del centralismo porteño.

Aquella errática política dictatorial encontró su fin en 1820, cuando en la batalla librada en Cepeda, las fuerzas de las provincias de Santa Fe y Entre Ríos lograron derrotar las milicias que obedecían al Director José Rondeau.

Si bien tuvo inicios promisorios, con el tiempo aparecieron los problemas: en Europa, Napoleón había acabado trágicamente su campaña en Rusia y el rey español Fernando VII retornaba a su trono y se disponía a recuperar sus dominios americanos.

La suma de dificultades alcanzó su momento de mayor zozobra tras las derrotas de Manuel Belgrano en Vilcapugio y Ayohuma (octubre y noviembre de 1813), que puso fin a la Segunda expedición auxiliadora al Alto Perú.

Estas derrotas dejaron desprotegido el Alto Perú, bajo constante acecho de los realistas desde Lima. Sólo las montoneras de Martín Miguel de Güemes detenían parcialmente el avance español.

El año 1814 se inició con pronósticos pesimistas para el movimiento revolucionario iniciado en 1810. El optimismo que había alentado inicialmente la convocatoria de la Asamblea en 1813 cedió ante el temor del avance de los españoles sobre el territorio del Río de la Plata.

Fueron siete los Directores Supremos designados entre los años 1814 y 1820, sin embargo el tiempo de gobierno de cada uno de ellos fue relativamente breve:

·         Gervasio Antonio Posadas             11 meses

·         Carlos María de Alvear                   3 meses

·         José Rondeau                               (no alcanzó a asumir)

·         Ignacio Álvarez Thomas                 1 año

·         Antonio González Balcarce           15 días

·         Juan Martín de Pueyrredón             3 años

·         José Rondeau                               7 meses


Directorio de Gervasio Antonio de Posadas (enero de 1814 a enero de 1815)

Su gobierno estuvo, obviamente, influido por Alvear y por el sector alvearista de la Logia Lautaro. Declaró a Artigas “fuera de la ley y traidor a la patria”, que, en abierta lucha con Buenos Aires, no reconocía a las autoridades de la nación y continuaba luchando contra los españoles.

Creó una escuadra con la que Guillermo Brown bloqueó Montevideo y venció la flota española. Para “devolver gentilezas políticas” designó a su sobrino Alvear como jefe de las fuerzas sitiadoras de Montevideo en reemplazo de Rondeau.

Envió a Belgrano y Rivadavia en misión diplomática a Europa para obtener el reconocimiento de la Independencia por parte de Inglaterra y un arreglo pacífico con España. Designó a Alvear jefe del Ejército del Norte, pero la oficialidad se sublevó para sostener a Rondeau, y Posadas debió renunciar.


Directorio de Carlos María de Alvear (enero a abril de 1815)

Nombrado por la Asamblea, su gobierno fue muy accidentado, pues todos fueron desaciertos…como no podía ser de otra manera.

Desesperado porque Artigas hostilizaba al gobierno, los realistas amenazaban por el Norte y se temía la llegada al Río de la Plata de un ejército de 15.000 hombres al mando de Morillo, Alvear envió a Manuel José García que alcanzase a Belgrano y a Rivadavia en Río de Janeiro y les hiciera entrega de unas cartas donde ofrecía al gobierno inglés el “protectorado” de estas tierras.

Mandó tropas para batir a Artigas, pero parte de ellas se sublevaron en Fontezuelas (cerca de Arrecifes), mientras que al mismo tiempo estallaba en Buenos Aires una revolución tendiente a deponerlo.

En las calles se pidió la cabeza de Alvear y éste tuvo que huir hacia Río de Janeiro. Como resultado de esta revolución la Asamblea General Constituyente fue disuelta.

Durante su gobierno ofreció a Artigas la independencia de la Banda Oriental a cambio de la desocupación del Litoral argentino por parte de este. Debido al rechazo de Artigas, envió a Soler a ocupar la zona, nombrándolo Gobernador de Montevideo. Renunció debido a falta de apoyo político

Directorio de José Rondeau 

Fue elegido interinamente pero se hallaba al frente del Ejército del Norte, por lo que no pudo asumir, y lo substituyó el Coronel Ignacio Álvarez Thomas.

Directorio de Ignacio Álvarez Thomas (abril 1815 a abril de 1816)

Este oficial nacido en Perú, fue designado interinamente, pero fue el responsable de convocar a las provincias para un Congreso Constituyente que se reuniría en San Miguel de Tucumán.  

Intentó reocupar Santa Fe, pero sus tropas fueron derrotadas por Estanislao López.

Dada su condición de opositor a Artigas no permitió que la Banda Oriental participara del Congreso antes mencionado y renunció a su cargo, debido al fracaso en la intervención de la Provincia de Santa Fe.

 

Directorio de Antonio González Balcarce (abril a mayo de 1816)

Al hacerse cargo del gobierno recibió la noticia de que el 24 de marzo se había instalado en San Miguel de Tucumán el Congreso Constituyente que resolvió designar el 3 de mayo a Juan Martín de Pueyrredón.

Balcarce fue comunicado que hasta el arribo del nuevo mandatario su jurisdicción solo se reduciría a la Provincia de Buenos Aires.

 

Directorio de Juan Martín de Pueyrredón (mayo de 1816 a junio de 1819)

Nombrado por el Congreso de San Miguel de Tucumán, prestó eficaz apoyo a San Martín para la organización del Ejército de los Andes, y a Belgrano y Güemes para la resistencia en el Norte. Tuvo que sofocar una revolución federalista porteña, desterrando a Manuel Moreno, Dorrego, Agrelo y Pagola.

Luchó también contra los caudillos Artigas, López y Ramírez, distrayendo las tropas del Ejército del Norte. Intentó sancionar una constitución unitaria en 1819, cuyo fracaso por el fuerte rechazo de las provincias, lo llevó a la renuncia.

Directorio de José Rondeau (junio de 1819 a febrero 1820)

Designado como interino tras la renuncia de Pueyrredón, durante su gobierno continuó el apoyo a San Martín y Belgrano. Sin embargo, no obtuvo apoyo político de las demás provincias.

Rondeau intenta recurrir al Ejército de los Andes y el del Norte para combatir a los caudillos del litoral. San Martín se niega y parte del ejército del Norte, liderado por el General cordobés Juan Bautista Bustos, se subleva en la posta de Arequito (el Motín de Arequito), y se niega a apoyar al Director Supremo.

Se disuelve el Directorio y el Congreso Nacional, pero la acefalía, es cubierta por el Cabildo de Buenos Aires, aunque pierde la calidad de capital. Los caudillos de Santa Fe (Estanislao López), y de Entre Ríos (Francisco Ramírez), ambos federales y lugartenientes de Artigas, lo derrotaron en la Batalla de Cepeda. Tras las victorias federales Rondeau renuncia.

Juan Pedro Aguirre Asumió como interino tras la renuncia de Rondeau, pero debido a la derrota en Cepeda el Directorio se disolvió y debió renunciar diez días después de haber asumido.

Otro intento de re organización, y van….

Los gobiernos directorales irían poco a poco perdiendo poder. Se inició así el período denominado la Anarquía del Año XX en donde surgieron las autonomías provinciales. El país quedó desde entonces integrado por trece provincias autónomas (“los trece ranchos” según Mitre).

Bustos propugna la reorganización del país bajo el sistema federal convocando a un Congreso que realizaría sus primeras sesiones en Córdoba.

“Las facciones que se han alternado en Buenos Aires desde el 25 de Mayo de 1810 arrebatándose el gobierno las unas a las otras se creyeron sucesoras legítimas del trono español respecto de nosotros, y con un derecho ilimitado a mandarnos sin escuchar jamás nuestra voluntad”.

Es un enunciado implícito de la igualdad de todas las provincias. Partiendo de esa igualdad habrá de sostener la idea federal.

Continúa diciendo: “Es necesidad que todos nos apuremos a cimentar el nuevo sistema federal, que es el único adaptable a las presentes circunstancias y al que la mayor parte de estas provincias ha tendido continuamente”

.… pero esa es otra historia.

 

Bibliografía

DE MARCO, M.A. (2014). La Revolución de Mayo (1810-1812). En Nuestra Historia. Orbit Media S.A. Buenos Aires.

LUNA, F. (1993). 1810 y sus efectos. En: Argentina se hizo así. Vol. III ADISA. Buenos Aires.

LUNA, F. (1993). La búsqueda de una fórmula política. En: Argentina se hizo así. Vol. IV. ADISA. Buenos Aires.

ROSA, J.M. (1972). Historia Argentina. Tomo II. La Revolución (1806-1812). Editorial Oriente S.A. Buenos Aires

ROSA, J.M. (1972). Historia Argentina. Tomo III. La Independencia (1812-1826). Editorial Oriente S.A. Buenos Aires

TERNAVASIO, M. (2015). Historia de la Argentina, 1806-1852. Grupo Editorial Siglo Veintiuno. Buenos Aires.

TERNAVASIO, M. (2016). Gobernar la revolución: Poderes en disputa en el Río de la Plata. 1810-1816. Grupo Editorial Siglo Veintiuno. Buenos Aires.

 

 

 

 


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