Alguna vez me enseñaron que, según la postura de
las patas del caballo en las estatuas ecuestres de nuestros próceres, indicaba
la oportunidad en que habían muerto: durante alguna batalla, luego de la misma
o de muerte “natural”.
Esto me permitió prestar atención a este detalle y
me encontré con tantas contradicciones como tiene la historia argentina.
En parte no se cumplía la “regla”, y en parte
indicaba el pensamiento de quien mandó a realizar la estatua y del escultor en
sí. Hasta me enteré que había escultores que se especializaban en “hacer”
caballos, y otros en plasmar en bronce la figura del prócer.
También me enteré que algunos escultores preparaban
los cuerpos del jinete, pero no la cabeza, esperando que alguien solicite una
estatua específica y “fabricarla a pedido”. Por eso se parecen tanto algunos monumentos.
Por esto quiero compartir estas curiosidades con
ustedes.
“Según la postura del caballo podría saberse
cómo ha muerto el héroe representado sobre él”.
El supuesto significado sería el siguiente:
· Si las dos patas delanteras del caballo están
despegadas del suelo, el personaje que está sobre él murió en pleno combate o
batalla (la mayoría son soldados o personajes históricos militares).
· Si únicamente tiene una de sus dos patas delanteras
despegadas del suelo, significa que la persona murió después de una batalla
pero por consecuencia de alguna herida sufrida en la misma.
· Por último, en caso de que la persona hubiera
muerto por causas naturales, el caballo mantendrá sus cuatro patas pegadas al
suelo, adoptando una postura relajada.
El origen de las creencias
Estas
creencias provienen de la antigua Roma, particularmente en estatuas que
homenajearon a reyes, militares o
alguien que destacó en alguna batalla
Al
parecer todo empieza con la única estatua de bronce que ha llegado a nuestros
días de un emperador romano de la época pre-cristiana, la estatua ecuestre
de Marco
Aurelio, en la cual se ve al emperador saludando con su imponente
caballo levantando la pata derecha.
Las
estatuas romanas de bronce se fueron fundiendo para dar lugar a otras estatuas
de las iglesias cristianas o simplemente transformarlo en monedas.
La
razón de que la estatua sobreviviera al paso del tiempo se debió a un error ya
que la estatua de Marco Aurelio se salvó del “reciclaje” ya que pensaban que se
trataba de una estatua de Constantino I el Grande, quien cristianizó Roma, y
por eso fue respetada. ¿Habrán sido parecidos Marco Aurelio y Constantino?
El
mito de la posición de las patas de los caballos en las estatuas se fue
diluyendo con el tiempo y el avance de las civilizaciones. Hay países que aún
respetan aquella creencia, pero la mayoría tiene tradiciones contrarias, y más
aún, hay países que no tienen normativas al respecto. La Argentina es un
ejemplo de ello.
La
mayoría de las estatuas ecuestres de Argentina fueron diseñadas y construidas
en Europa, y los caballos criollos que utilizaron nuestros próceres casi nunca
se vieron representados.
Las estatuas ecuestres y la muerte
Sería muy
extenso enumerar las estatuas ecuestres de los notables, por lo que solo tomaré
algunos casos solo para demostrar que en nuestro país no se cumple con regla
alguna que vincule a estas con la forma de morir del homenajeado.
·
José de San Martín
Todos sabemos que San Martín no murió en batalla
sino, ya siendo anciano, en su casa de Boulogne Sur Mer, y por lo tanto sus
estatuas deberían mostrarlo sobre un equino con las cuatro patas apoyadas.
Esto solo ocurre en unas pocas de las tantas que el
prócer tiene en la Argentina y en el mundo, tal es el caso de una en Chubut y
otras en Mendoza.
La gran mayoría lo muestran a San Martín sobre un
caballo con ambas patas delanteras elevadas y San Martín señalando hacia el
oeste (supuestamente por la posición geográfica de la Cordillera de Los Andes),
salvo una de Santa Fe, que por presión de la masonería indica el este.
Esto de alguna manera responde a una cuestión
estética y a una postura de triunfalismo de nuestro héroe máximo,
particularmente por responder al criterio mitrista de 1862 (cuando se inaugura
la estatua), que el Padre de la Patria debía ser un militar, razón por la cual
el “segundo” Padre de la Patria hasta ese momento (Manuel Belgrano), quedó
relegado.
En
1950, el Presidente Juan D. Perón consagra por Ley a San Martín, desplazándolo definitivamente
a Belgrano, como único Libertador.
La de la Plaza San Martín en el barrio de Retiro de
Buenos Aires es la primera estatua ecuestre erigida en la Argentina.
Otras estatuas ecuestres de San Martín que lo
recuerdan en el mundo no siguen ningún patrón referido a la posición de las
patas del caballo: una delantera y una trasera como en Boulogne Sur Mer
(Francia); ambas patas delanteras en Madrid (España), como copia de la de
Argentina y solo una pata levantada como en Lima (Perú).
·
Manuel Belgrano
Manuel Belgrano nunca quiso ser reconocido como
militar, sin embargo el destino le deparaba otra cosa, y hoy tiene el mayor
reconocimiento en los homenajes a su memoria montado en un caballo y,
obviamente, sosteniendo la bandera nacional.
Belgrano en Rosario
La primera de Belgrano en la
Plaza de mayo en Buenos Aires se inauguró en 1873
durante la presidencia de Sarmiento. Lo curioso es
que el financiamiento de la misma no fue de las arcas públicas sino que fue
erigido por "gratitud pública", es decir, que la población lo
financió con lo que quiso dar.
Durante la Intendencia
de Marcelo Torcuato de Alvear,
se consideró que el basamento era muy bajo para la importancia del monumento.
Al reemplazar el basamento por
el anterior, se aprovechó para cambiar la orientación de la estatua, que tenía
al caballo mirando al cabildo, para que ahora mirara hacia el norte. Esta
medida se debió a que con la orientación anterior el equino reservaba su cola
para la Casa de Gobierno.
Si bien Belgrano no tiene en
el mundo el mismo nivel de reconocimiento que San Martín, algunas de sus
estatuas ecuestres gemelas se inauguraron simultáneamente en la ciudad de
Rosario (Argentina), y en Génova (Italia), la ciudad de sus padres.
La situación de las estatuas ecuestres de Manuel
Belgrano no es diferente a las de San Martín en lo que a la posición de las
patas del caballo se refiere. Las hay con las dos patas elevadas, con solo una
y con las cuatro patas apoyadas en el suelo.
·
Martín Miguel de Güemes
El General Güemes muere asesinado,
pero no en una batalla formal. Su monumento ecuestre principal se encuentra en
la ciudad de Salta, al final de una avenida ascendente denominada Paseo Güemes
en la falda del cerro San Bernardo. La escultura lo muestra sobre un caballo
con las cuatro patas apoyadas, con los típicos guardamontes y su figura tiene
un gesto particular: su mano derecha está colocada encima de sus ojos en forma
de visera, guareciéndolo de la luminosidad y mirando hacia las altas cumbres
cordilleranas del occidente.
Luego de muchos años de solicitar a
los gobiernos nacionales el reconocimiento de Güemes, se inauguraron estatuas
ecuestres en numerosas localidades, desde la Ciudad Autónoma de Buenos Aires
(réplica del monumento salteño), hasta Castelli en el Chaco, donde se muestran
diferentes posturas de los equinos.
·
Juan Bautista Bustos
Juan Bautista Bustos, caudillo cordobés de destacada
actuación en nuestras luchas por tener un país mejor, mereció mucho más que el
cuasi olvido en nuestros libros de historia de la escuela. Murió en batalla, y
hoy sus comprovincianos rescataron su historia, aunque los porteños no quieran
tener ni una sola calle con su nombre, a pesar de su destacada actuación en las
invasiones inglesas a los Malos Aires.
Por este motivo y por ser
reconocido como primer Gobernador constitucional cordobés que administró la provincia
entre 1820 y 1829, se le realizó, recién en el año 2010, un monumento ecuestre
en el Parque Sarmiento de esta capital.
Varias localidades cordobesas
comienzan a rescatar su figura a través de monumentos ecuestres, réplicas del
localizado en la capital provincial, donde tampoco se cumple la supuesta regla
de las estatuas ecuestres.
Por otros pagos
·
Simón Bolívar
En su estatua ubicada en la Plaza Bolívar de
Caracas, se puede ver la figura del Libertador montando
a su caballo, el cual está representado con las patas delanteras en el aire.
Esto según se creía, significaba que la muerte del Libertador había sido en el
campo de batalla, pero la historia señala que el Libertador Simón Bolívar
murió de tuberculosis en la Hacienda Santa Marta en Colombia.
Simón Bolívar en Caracas
·
José Gervasio Artigas
Su estatua ecuestre,
sita en la Plaza de la Independencia de Montevideo, (Uruguay), aparece con una
pata delantera levantada, señal de que murió como consecuencia de las heridas
recibidas durante la batalla. Sin embargo murió en la ciudad de Asunción
(Paraguay), a la edad de 86 años.
Artigas en la Plaza Independencia de Montevideo
Corolario lamentable:
Las reglas se “acomodan”
según las circunstancias
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