miércoles, 27 de mayo de 2020

Gregorio Perdriel. Otra víctima de Alvear.



El cordobés Gregorio Perdriel fue un buen militar luchando contra los ingleses en las invasiones y en las luchas por la independencia al lado de Belgrano, tanto en su cruzada al Paraguay como en el Ejército del Norte.

Alvear y San Martín ya mostraban sus diferencias que traerían serios problemas en la marcha de nuestra historia.

Alvear (uno de los que siempre confundió la patria con el gobierno), en realidad deseaba hacerse cargo del Ejército y entrar triunfal a Chile en lugar de San Martín, y aprovechando el poder que le daba su cargo político lo involucró a Perdriel y se encargó de “hacerle tragar un sapo” cuando lo envía a reemplazar a San Martín en la gobernación de Cuyo, mientras este preparaba el cruce de Los Andes.

Alvear, como siempre, trabajó en las sombras contra sus enemigos (Artigas, San Martín), y contra su patria, no importando a quien “usaba”.

Veamos de que se trata…


Contexto de época


Carlos de Alvear y José de San Martín (con 23 y 34 años de edad respectivamente, medios hermanos por parte de padre), llegaron a Buenos Aires desde España en marzo de 1812 con su formación militar a cuestas.

Alvear, hijo de una familia “patricia” era un joven influyente debido a sus contactos sociales y políticos, mientras que San Martín prácticamente era un mozo desconocido en estos medios.
Fue Alvear quien lo presenta a San Martín a su futura esposa, y hasta fue testigo de su boda. Ambos fueron co fundadores de la Logia Lautaro, aquella que, copiando a los patrones culturales europeos, unía a miembros que promovieran la libertad y la independencia de las colonias españolas en América del Sur.
Solo bastaron 8 meses desde su llegada para que ambos se dieran cuenta que la línea política del Primer Triunvirato no coincidía con las de sus propuestas, y decidieron cambiarlo.
La revolución del 8 de octubre y las ambiciones de Alvear
Para lograr tal fin, Alvear encabezó con San Martín la revolución del 8 de octubre de 1812, que reemplazó al Primer Triunvirato por el Segundo y que convocó a la Asamblea del año 1813.  San Martín puso el pecho y Alvear sus ambiciones.
A la caída del Primer Triunvirato, "se crea la asamblea de 1813, pero es una asamblea dominada por Alvear, un hombre cercano a los intereses británicos, que va a continuar con la ficción de obediencia al rey cautivo".
La Asamblea aprueba la creación de la bandera, del escudo y la moneda, "todos elementos que hablan de independencia, pero no se la proclama ni se redacta la constitución".
"Carlos María de Alvear está muy atento a lo que dice Gran Bretaña, habla de plantear una disculpa, una reconciliación con España".
La Asamblea del año 1813, presidida por Alvear, temía que la incorporación de los artiguistas produjera una virtual alianza entre el caudillo oriental y San Martín para apurar una declaración de independencia, en contra de los intereses del grupo alvearista.
Ambicionando el poder político y basándose en el centralismo que había existido en el antiguo Virreinato, logró que la Asamblea General creara un Directorio a cargo de un Director Supremo de las Provincias Unidas del Río de la Plata, para el cual hizo elegir a su tío Gervasio Antonio de Posadas (primo de su madre). Este hecho parece haber sido el detonante de la separación de los dos militares.
A mediados de 1813 renunció a su banca y fue nombrado Coronel del Regimiento de Infantería Nº 2, pero siguió participando en política a través de la Logia. La Logia se dividió entre los partidarios de San Martín y los de Alvear, por lo que éste, con mayores influencias políticas, lo alejó del poder poniéndolo al mando del Ejército del Norte.
Los representantes de Artigas traían a la Asamblea instrucciones muy precisas, que no eran del agrado de la clase dirigente porteña:
·         Inmediata declaración de Independencia
·         Constitución republicana
·         Gobierno central con respeto a las autonomías provinciales
·         Establecimiento de la capital fuera de Buenos Aires.

Alvear le escribió al embajador inglés en Río de Janeiro, Lord Strangford:

"Estas provincias desean pertenecer a la Gran Bretaña, recibir sus leyes, obedecer a su gobierno y vivir bajo su influjo poderoso. Ellas se abandonan sin condición alguna a la generosidad y buena fe del pueblo inglés. Yo estoy resuelto a sostener tan justa solicitud para librarlas de los males que las afligen.
Es necesario que se aprovechen los buenos momentos, que vengan tropas que impongan a los genios díscolos y un jefe plenamente autorizado que empiece a dar al país las formas que fueren del beneplácito del Rey".

Para la mayoría, la actitud de Alvear era una traición a la patria. Así lo entendió Artigas al que se adhirieron las provincias litorales. En todos lados hubo protestas.

La locura de Alvear llega al punto de la traición. Le plantea a Gran Bretaña que nos reciba como colonia, mandando a Manuel José García a negociar. Envía un documento en nombre de estas provincias donde pide entrar en la órbita como colonia. García fue frenado en su misión por Belgrano y Rivadavia, quienes ya estaban en Río de Janeiro y buscaban una salida pacífica a la complicada situación de las Provincias Unidas.
Belgrano se alarma y se pregunta “¿Cómo es que se iba a entregar el país a Inglaterra?”. La novedad se conoce en Buenos Aires y destituyen a Alvear.
Las diferencias entre Alvear y San Martín
Algunos historiadores han pretendido echar algo de luz sobre las desavenencias políticas entre Alvear y San Martín.
El historiador Hugo Chumbita publica en su libro El secreto de Yapeyú, una investigación que devela el secreto predilecto de algunos historiadores argentinos: que San Martín era hijo de una indígena guaraní llamada Rosa Guarú y Diego de Alvear, padre de Carlos María.
Chumbita explica qué si realizara una prueba de ADN sería más fácil explicar el papel de los ingleses en las guerras de la Independencia, el enfrentamiento entre Alvear y San Martín, la anglofilia de Alvear, el apoyo sanmartiniano a la monarquía incaica y los motivos que lo llevaron al ostracismo de Boulogne Sur-Mer.
En Yapeyú se cree, que Don Diego habría conocido a Rosa Guarú y concebido al niño. Una vez enterado de que había tenido un varón, se preocupó por su futuro y le pidió a Juan de San Martín que lo adoptara. Cuando Don Juan y su esposa, Gregoria Matorras, se fueron a España, José Francisco viajó inscripto como hijo de ambos.
Carlos María de Alvear y José de San Martín, siendo hermanastros o no, terminaron fuertemente enemistados por sus posturas ideológicas y políticas.
Las intenciones de Alvear
En 1815 Alvear,  propuso utilizar su ejército para una expedición a Chile y avanzar en la guerra contra los realistas. Su estrategia era la de atacar a los ejércitos reales indirectamente, llegando hasta la ciudad capital de Lima no a través del Alto Perú, pero el Cabildo de Buenos Aires (dirigido por Antonio José de Escalada, suegro de San Martín, quien era entonces su Regidor y Alcalde de primer voto), se negó.
En todo el territorio estallaron manifestaciones de oposición y rebeldía. La Banda Oriental, Entre Ríos, Santa Fe, Corrientes, Córdoba y las provincias de Cuyo manifestaron su disconformidad con Alvear, al que le endilgaban representar al centralismo porteño.
Ante el creciente descontento, Alvear se propuso intimidar al espíritu público mediante un drástico bando por el cual se condena a muerte a quienes critiquen a su gobierno.
El Director Alvear carecía de influencia en el interior. Dado que el peor enemigo para la causa del centralismo porteño era Artigas (que dominaba la campaña de la Banda Oriental y estaba extendiendo su influencia a las provincias del litoral), ordenó evacuar Montevideo.
Envió al Almirante Brown a proponerle a Artigas, a cambio de la retirada de éste de las provincias del litoral, la independencia de toda la Banda Oriental, como si fuera este pequeño designio el que llevaba el Jefe de los Orientales. El ofrecimiento fue, obviamente, rechazado.
Para la mayoría, la actitud de Alvear era una traición a la patria. Así lo entendió Artigas al que se adhirieron las provincias litoraleñas. Simultáneamente envió un ejército para tomar Santa Fe y, cruzando Entre Ríos, intentar atacar la Provincia Oriental, bajo el mando de Francisco Javier de Viana.
El Coronel Ignacio Álvarez Thomas, jefe de la vanguardia del ejército, se puso en contacto con enviados de Artigas y declaró su rebelión contra Alvear, negándose a usar sus propias fuerzas en una guerra civil.
La indignación de San Martín y la “pueblada”
En Febrero de 1815 Alvear fue reconocido como Coronel efectivo y el mismo día el gobierno nacional lo designó Gobernador Intendente de Cuyo, en reemplazo del General San Martín.
Alvear desautorizó a San Martín, para la formación del Ejército de los Andes, de modo que éste decidió presionar presentando un pedido de licencia por cuatro meses para “restablecerse de sus dolencias”.
Alvear se la aceptó de inmediato dándole licencia “ilimitada”, y el 8 de febrero nombró en su reemplazo al Coronel Gregorio Perdriel quien estaba enrolado en su facción de la Logia Lautaro.
Alvear no estaba dispuesto a ser dejado de lado por su conducta ambiciosa. Pretendía el ejército para llegar triunfal a Chile y para no “tragarse el sapo” elige al Coronel Gregorio Perdriel para que haga “punta de playa” en Mendoza y tome el gobierno de Cuyo (para retomarlo él si todo salía bien).
San Martín, anoticiado de su eventual reemplazo, indignado por la conducta de Alvear, y pensando en futuras traiciones, había decidido renunciar a su cargo de Gobernador de Cuyo como método de presión, pero solicitó licencia. El Cabildo le pidió entonces a San Martín que le prometiera “que no haría uso de la licencia concedida”.

El Cabildo de Mendoza, y luego el de San Juan, enterados de la decisión porteña, decidió reunirse. Un gran número de ciudadanos, entre los cuales se encontraban José Clemente Benegas, Manuel Ignacio Molina, Tomás Godoy Cruz, Juan de Dios Correas, los religiosos Domingo García y Matías del Castillo, José Ferrari y Juan Agustín Maza, se concentraron en el recinto dispuesto a escuchar y votar sobre si apoyaban o no al entonces gobierno del Directorio.

Abrió la reunión Domingo García,  Vicario de la ciudad  quien manifestó que no estaba a favor de aquel Directorio. Además admitió que el gobierno de las provincias de Cuyo, debería abstenerse de obedecer a otro, hasta que no se aclarase la situación. Por su parte, otro religioso, de apellido del Castillo, apoyó lo expuesto por su antecesor y todos los presentes levantaron la mano afirmativamente para apoyar aquella moción.
Luego del alboroto producido por los vecinos, se escuchó la palabra del licenciado Manuel Ignacio Molina quien hizo una propuesta para que "el pueblo" votara un nuevo Gobernador y se desobedeciera al enviado por Buenos Aires. 
En un agitado clima de insurrección, la plaza se llenó de banderas y cartelones, en uno de los cuales se leía:
“Quiere el pueblo a San Martín
Alvear nos manda a Perdriel,
mas si este viene a Mendoza
nos cagaremos en el”

La propuesta de Molina no se hizo esperar y la mayoría de los asambleístas consideraba al Coronel José de San Martín la persona más idónea para ocupar ese cargo. Todos los representantes del cabildo y otros vecinos votaron afirmativamente por esta proposición.
Con fecha 21 de Febrero, se dirigió al Gobierno Supremo de las Provincias Unidas, solicitando que el General San Martín continuase desempeñando el puesto “porque así ha creído que convenía a la seguridad del Estado y a la tranquilidad de este País que se halla inmediatamente amenazado por el Conquistador de Chile”.

La guarnición en Cuyo, acordó desobedecer al gobierno de Buenos Aires y apoyar el levantamiento militar del Coronel José Ignacio Álvarez Thomas contra Carlos de Alvear. 
El Cabildo le envió un mensaje oficial a Perdriel, de puño y letra de San Martín, que éste recibió a su paso por San Luis, pidiéndole que no entrara en Mendoza, mientras se recibía la respuesta de Buenos Aires al pedido de que San Martín continuara en el gobierno.
Sin escuchar el consejo, Perdriel entró en Mendoza y pretendió imponer su autoridad. El resultado fue que entró en conflictos con las autoridades locales y con la población.
Damián Hudson (autor del libro titulado Recuerdos históricos de la provincia de Cuyo, publicado en 1898), relata que grupos populares llegaban a la casa del “nuevo” gobernador para insultarlo y amenazarlo.
Hubo serios disturbios ese 22 de abril, y un motín lo obligó a huir con su vergüenza a cuesta,  llegando de regreso a Buenos Aires el 5 de mayo, ”tragándose el sapo”, cuando ya Alvear había sido depuesto como Director Supremo.

¿Quién era Gregorio Perdriel?
Gregorio Ignacio Perdriel nació en Córdoba en 1785, trasladándose años más tarde a Buenos Aires donde estudió y residió el resto de su vida.
Con el grado de Teniente se enroló en el Regimiento de Patricios y luchó en la Defensa ante las invasiones inglesas de 1806. En 1810 era Capitán, y participó en la expedición militar de Manuel Belgrano al Paraguay.
Participó, en la refriega de Maracaná y en la batalla de Paraguarí. Al terminar esa campaña militar, en marzo de 1811, pasó al sitio de Montevideo, con el grado de Teniente Coronel.
A fines de 1811 fue destinado al Ejército del Norte, y como jefe accidental del Regimiento de Patricios acompañando nuevamente a Belgrano luchó en Las Piedras, Tucumán y Salta. Comandó el Regimiento de Patricios en las batallas de Vilcapugio y Ayohuma, regresando a Buenos Aires después del fracaso de la segunda expedición auxiliadora al Alto Perú. Por su comportamiento fue ascendido a Coronel en mayo de 1813.
Desalojado Alvear de la Dirección Suprema del Estado, por el motín de Fontezuelas, Perdriel solicitó su separación del servicio militar en 1816, sin embargo continuó ocupando luego numerosos cargos políticos y militares.

Fontezuelas, la caída irremediable de Alvear
El 3 de abril de 1815, en la posta de Fontezuelas, cerca de la actual ciudad de Pergamino (provincia de Buenos Aires), Álvarez Thomas se pronunció contra el Director Alvear.
La ciudad de Buenos Aires, hasta entonces un bastión del unitarismo, se plegó al movimiento para deponerlo del Directorio, que encabezaba indirectamente San Martín.
A la sublevación militar de Ignacio Álvarez Thomas se sumó el Cabildo de Buenos Aires y el General Miguel Estanislao Soler.
Alvear debió renunciar a su cargo de Director sólo tres meses después de haberlo asumido y refugiarse en una fragata de guerra inglesa. Se dirigió a Brasil. Sus partidarios, incluido su tío Posadas, fueron arrestados. Junto con su Directorio cayó también la Asamblea del Año XIII.
En la huida, luego de su destitución, y fiel a su espíritu de “vende patria”, Alvear viaja a Río de Janeiro con papeles secretos para los ejércitos luso-brasileños: la posición de las tropas, el número de soldados, los nombres de los espías y la ubicación de las armas.
Esto fue considerado como un acto de traición de los más grandes que se conozcan.
Reivindicación y fin del juego

El 16 de Marzo el Director Supremo de las Provincias Unidas del Río de la Plata comunicaba al General San Martín su continuación en el mando de la provincia de Cuyo “entretanto existan los riesgos que la amenazan”.

El Libertador volvió a ocupar su puesto. También se dejaba en claro que a través de todos estos votos, el pueblo mendocino representando a Cuyo se independizaba del gobierno nacional hasta nuevas noticias.

A principios del mes de mayo, llegaron noticias sobre la renuncia del Director Carlos M. de Alvear y el nombramiento del General José Rondeau como nuevo Director.
En Mendoza, la población salió a las calles a festejar y las campanas de los templos de la ciudad sonaban para dar la buena nueva. Esa noche, cientos de personas se encontraban en la plaza y otros lugares para vitorear el gran suceso. 

Bibliografía
CAMPANA, C. (2015). El día que Mendoza se rebeló con la Nación. 17 de mayo de 2015. https://losandes.com.ar/article/
CANAVESE, Gabriela Fernanda. Gregorio Ignacio Perdriel. Biografía. Real Academia de Historia. dbe.rah.es/biografias/71700/
DOMINA, E. (2008) Alvear, una piedra en el zapato de San Martín. temas@lavozdelinterior.com.arDomingo 2 de noviembre de 2008. Edición impresa  
FAVALORO, R G. (2009). ¿Conoce usted a San Martín? Ed. Debolsillo. Buenos Aires, 272 p.
REVISIONISTAS. Gregorio Ignacio Perdriel. www.revisionistas.com.ar/?p=1056
ROSA, J.M. (1972) Historia Argentina. Tomo III. La Independencia (1812-1826). Editorial Oriente SA, Buenos Aires.
WIKIPEDIA. Gregorio Perdriel. https://es.wikipedia.org/wiki/Gregorio_Perdriel
           



No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.