La historia está llena “dimes y diretes”, pero también se nutre con acciones equivocadas, apresuradas, arrepentidas y dignas de ser pasadas al olvido.
Este es uno de los casos
en el cual Manuel Belgrano, un soldado obediente del Congreso de 1816, manda a
fusilar a un caudillo federal en un episodio que, al menos, podemos tildarlo de
extraño. Actores y testigos
del momento dan cuenta de ello.
Veamos de que se trata.
¿Quién
fue Borges?
Juan Francisco Borges fue un santiagueño nacido en 1766,
hijo de un oficial del ejército colonial. A los 15 años de edad, acompañando a
su padre como Ayudante Mayor de
Infantería, en la ciudad de La Paz (Alto Perú),
participó del asalto a esa por parte de las fuerzas de Túpac
Catari, como parte de la revolución
de Túpac Amaru II.
Fue herido al tratar de romper el sitio a La Paz y tomado prisionero,
pero logró escapar, mientras que su padre murió en la campaña. A los 17 años fue
ascendido a Capitán de los Ejércitos
del Rey.
En 1790, actuando como comerciante de quina tuvo algunos entredichos con el intendente de La Paz. Fue procesado y
enviado a Buenos Aires en 1796,
pero debido a la intervención del virrey Sobremonte fue absuelto y dejado en libertad en 1798, pero al año siguiente tuvo un conflicto con un importante comerciante
por lo que nuevamente fue arrestado y luego liberado regresando a Santiago del
Estero.
Viajó en 1802 a España,
donde revistó en los ejércitos del rey Carlos IV y le fue conferido el título de Caballero Cruzado de la Orden
de Santiago. En 1807 el
rey le otorgó un privilegio económico por sus servicios a la Corona.
Su vida política
Volvió al Virreinato del Río de la Plata en 1808 y se dirigió a Santiago del Estero. Allí comenzó su agitada vida
de protestas en la búsqueda de la independencia de su provincia de todo tipo de
dominación.
Al año siguiente apoyó las conspiraciones independentistas de Moldes (Gobernador
de la Intendencia de Salta del
Tucumán), a quien había conocido en
España, y quien le dio el mando militar de la ciudad de Santiago del Estero en 1810.
Producida la Revolución de Mayo adhirió inmediatamente a ella y presionó al local para que reconociera la
autoridad de la Primera
Junta.
Ya ascendido a Teniente Coronel, se le encargó la formación del Regimiento
de Patricios Santiagueños, al frente del cual se incorporó al Ejército
del Norte. A causa de un incidente que
tuvo en Jujuy con Francisco Ortiz de Ocampo (Comandante General en ese momento), Juan José Castelli lo despidió del ejército y retornó a Santiago del Estero.
Por sus fuertes convicciones como independentista se enfrentó al cabildo de su provincia por haber elegido al Diputado a la Junta
Grande hecha sin haber pasado
por un cabildo abierto, por lo que solicitó la anulación de la elección.
Este hecho fue el primer reclamo de representatividad de los cuerpos
colegiados que se conoce en la historia de la Revolución. Conocido el hecho la
Primera Junta ordenó practicar una nueva elección.
Las “internas” del momento permitieron que Castelli y Ortiz de Ocampo
lograron imponer sus candidatos en la elección de capitulares. El Cabildo
protestó y nombró a Borges el 4 de febrero de 1811 su
apoderado ante la Junta para reclamar sus derechos electivos.
Una nueva elección fue realizada el 15 de marzo de 1811, resultando
elegido Pedro Francisco de Uriarte, a lo cual Borges nuevamente presentó una protesta.
Ante estos gestos de permanente rebeldía, al caer la Junta y ser elegido
el Primer Triunvirato, su secretario Bernardino Rivadavia lo hizo arrestar y procesar en Buenos Aires. Durante su prisión,
fue elegido miembro del Cabildo de Santiago del Estero en 1812. Recuperó
su libertad y regresó a su provincia tras la caída de Rivadavia.
Fue elegido diputado a la Asamblea del año XIII, pero la Logia
Lautaro vetó su nombramiento.
Paradójicamente (… o no), al diputado por Santiago del Estero lo eligió el
cabildo de Buenos Aires.
El
contexto de la época
En los primeros años posteriores a la Revolución de Mayo las familias patricias santiagueñas que formaban la élite política
y económica local y dominaban el cabildo, vieron severamente afectados sus
intereses a consecuencia de la interrupción del comercio con el Alto
Perú y el enrolamiento en el
ejército de los hombres que formaban la mano de obra en las estancias cercanas
a la ciudad de Santiago del Estero con acceso al riego del río Dulce.
A diferencia de ellos, los ganaderos de las márgenes del río Salado, alejados de la ciudad y de las funciones de gobierno, fueron
incrementando su influencia en razón de la apertura del Puerto de Buenos Aires a la exportación de cueros y a la guerra en el Litoral y la Banda
Oriental.
El Director Supremo Gervasio Antonio de Posadas dispuso el 8 de octubre de 1814 que
la Gobernación Intendencia de Salta del Tucumán, fuera dividida en otras dos,
siendo una de ellas la Gobernación Intendencia de
Tucumán con capital en la ciudad
de San Miguel de Tucumán y con jurisdicción además sobre los ciudades de San Fernando del Valle de
Catamarca y Santiago del Estero.
Esta última, rival histórica de la nueva capital de la intendencia, vio
una vez más frustrada su aspiración de ser Capital.
En enero de 1815 asumió como Teniente Gobernador de Santiago del Estero Pedro
Domingo Isnardi, un conocido
autonomista (ex combatiente a las órdenes de Belgrano), pero en abril el
Gobernador Intendente de Tucumán, Coronel Bernabé Aráoz, destituyó a Isnardi y colocó como jefe militar al Comandante Taboada, lo que significaba el desplazamiento de la elite criolla local en
favor de los ganaderos santiagueños.
El Cabildo de Santiago del Estero con el apoyo de las milicias de la
ciudad, realizaron un cabildo abierto que resultó en el envió de un petitorio
al Director Supremo Sustituto Ignacio Álvarez Thomas, pidiendo la restitución de Isnardi y la autonomía, además de
sostenerlo en el cargo:
(...)
no tuvimos un día más amargo que aquel aciago en que se estableció Tucumán en
cabeza de provincia y se nos sometió a este Gobierno bajo el cuál no hemos
experimentado otra cosa que vejaciones, insultos y despotismos.
Álvarez Thomas respondió al cabildo que esperase hasta la reunión
del Congreso General el año siguiente en San Miguel de Tucumán, en donde se resolvería la forma de gobierno que conviniera a todos los
pueblos.
Ante la respuesta de Álvarez Thomas, Isnardi renunció y los partidarios
de Aráoz lograron que el cabildo eligiera como teniente de gobernador
provisorio a Tomás
Juan de Taboada, partidario de Aráoz,
hecho que desató el 4 de septiembre de 1815 una nueva sublevación encabezada
por Borges, quien con 70 partidarios intimó la renuncia a Taboada en su
casa y lo arrestó.
Luego se hizo elegir Gobernador independiente del de Tucumán, declarando
a Santiago del Estero como Pueblo Libre, en sintonía con José Gervasio Artigas. Contaba con el apoyo de la milicia provincial y de buena parte del
pueblo.
Aráoz reaccionó rápidamente. Sólo cuatro días después, un contingente de
milicias tucumanas tomaba la ciudad por asalto y Borges fue herido. Lo dieron
por muerto y sus hombres se dispersaron. Cuando volvió en sí fue arrestado y
enviado preso a Tucumán.
Fue perdonado por el Congreso y poco después escapó de la prisión
domiciliaria en que se hallaba y se asiló en Salta, bajo la protección del Gobernador Martín Miguel de Güemes, quien apoyaba la independencia de Santiago del Estero.
Participó en los desórdenes que llevaron a la autonomía salteña, y firmó
el tratado por el que el Director Supremo José
Rondeau reconocía la autoridad
de Güemes.
Los
hechos
A propuesta de Belgrano, el Congreso en Tucumán nombró a mediados de 1816 al Sargento Gabino Ibáñez como Teniente de Gobernador y Comandante de armas de Santiago del
Estero, quien asumió el cargo repudiado por Borges y sus partidarios.
El Congreso de Tucumán del mes de julio y su resultado se habían
realizado con muchos esfuerzos y sacrificios políticos, y no estaba dispuesto a
sostener interferencias que comprometieran el futuro político de lo que sería
la Argentina, y por esto decretó el 1 de agosto de 1816 el fusilamiento de los
cabecillas de cualquier rebelión armada del independentismo provincial.
En realidad el Ejército del Norte (a cargo de Belgrano), estaba mas para
cuidar al Congreso y sus decisiones que para defender las fronteras, a pesar de
la presión del realista Olañeta que amenazaba permanentemente con invasiones
por la Quebrada de Humahuaca.
El 10 de diciembre de 1816 Borges regresó de Salta a Santiago del Estero y volvió a deponer
al gobierno apresando a Ibañez y enviándolo a Loreto.
Proclamó la autonomía absoluta de su provincia y se declaró Gobernador
en rechazo a medidas anti-autonomistas tomadas por el Congreso de Tucumán.
El Congreso (con la influencia de los tucumanos que era decisiva, al
menos en asuntos domésticos), le ordenó a Manuel Belgrano contrarrestar la
rebeldía de Borges. Este envió tres regimientos a reprimir la revolución
santiagueña.
Belgrano, maliciosamente informado por Bernabé Aráoz, reaccionó enviando un escuadrón de 100 Húsares al mando de Lamadrid y tras ellos 200 hombres de Infantería, 50 Dragones y 2 piezas de
artillería, al mando de Juan Bautista Bustos con el objeto de sofocar la sublevación.
Borges se retiró de la ciudad hacia Loreto y luego hacia Santa Lucía,
reunió unos 500 hombres, pero a poco de partir, el 27 de diciembre, fue
localizado y derrotado por Lamadrid y sus Húsares en el Combate de Pitambalá (Departamento San Martín), dejando los rebeldes 30 muertos y 80
prisioneros.
Borges alcanzó a huir, pero fue perseguido y se refugió en Guaype, en
casa de los Taboada (abuelos de los futuros caudillos unitarios de Santiago), pero
éstos lo entregaron a Lamadrid.
Fin de
la historia
Belgrano hizo cumplir rigurosamente el Decreto del Congreso. Juan Francisco Borges fue fusilado por Lamadrid, sin juicio ni
posibilidad de defensa, el primero de enero de 1817. Tenía 51 años de edad.
La ejecución se llevó a cabo en el Convento de Santo Domingo (donde
había sido llevado para confesarse), de Villa Robles, al pie de un añoso
algarrobo. Sus restos fueron llevados posteriormente a la Catedral de Santiago
y allí sepultados.
El General José María Paz, que había sido destacado por Belgrano para
interrogar a los prisioneros recuerda en sus Memorias:
“Yo había creído que la declaración que se mandaba a tomar era para que
sirviese en un juicio que, aunque breve, llenara en cierto modo las formas (…)
pero ya era inútil el esclarecimiento de un hecho que estaba juzgado”. “Lo
singular es que el general, que tanto predicaba la obediencia y la observancia
de las leyes, las violase invocándolas.”
Los partidarios de Borges también apresados (Lorenzo
Lugones, Pedro
Pablo Montenegro y Lorenzo Goncebat), no fueron ejecutados por intercesión de José María Paz y de los presbíteros Pedro León Gallo y Pedro Francisco
de Uriarte, pero fueron degradados militarmente.
Media hora después de la ejecución, Aráoz de Lamadrid recibió un indulto
remitido por Belgrano, que daba contramarcha con la orden de ejecución.
En sus memorias, Lamadrid narra la ejecución de Borges: "Hice notificar la sentencia al reo y
le mandé poner en capilla. Este al principio se resistió a las insinuaciones
que le hacía el cura para que se preparara; pero luego, más tarde, mandó
suplicarme que le hiciera venir un sacerdote de Santiago, y que le
proporcionara papel y tintero para sus últimas disposiciones". Lamadrid
complació su pedido.
Narra que: "dispuesto ya el
reo, tuvo lugar la ejecución a las doce del día o dos de la tarde, y después de
haber recibido avisos al siguiente día de no observarse reunión alguna en
ningún punto, y que muchos de los dispersos (de Pitambalá) se habían restituido
a sus casa, marché al pueblo".
Luego de su muerte, su esposa enloqueció y su hijo fue criado por el
presbítero Felipe Ferrando. Las vueltas de la vida hicieron que su único hijo, Juan Francisco Segundo Borges, fuese el primer Gobernador Constitucional de
Santiago del Estero.
La Provincia de Santiago del
Estero se separaría de la de
Tucumán recién en 1820.
Muchos años más tarde los santiagueños reconocieron a Borges
como el precursor de la autonomía de la provincia y lo consideraron uno de sus
héroes. Mas cerca en el tiempo a los 200 años de sucedida la batalla, los habitantes
de Pitambalá (localidad ubicada al sur de la actual ciudad de Santiago del
Estero), colocaron un pequeño monolito para el recuerdo.
Cabe aquí hacer se algunas preguntas:
·
¿Belgrano
y Borges fueron víctimas de una “interna” federal?
· ¿Por
qué Belgrano mandó al General Paz a interrogar a Borges antes de fusilarlo?
·
¿Pretendía
el interrogatorio ser parte de un juicio justo?
·
¿Por
qué Belgrano lo habría indultado a última hora?
Todos estos interrogantes no hacen mas que generar un cortocircuito en
nuestra historia.
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