Pasé decenas de años por sus pagos adoptivos (la villa serrana que hoy lleva su nombre), y no me detuve a ver ni a sentir lo que este médico, abogado, agrónomo, constructor, docente, político y emprendedor nato nos dio.
Veía su dique (aún en
pie a pesar de los esfuerzos en destruirlo), y escuché de algunas de sus
historias, pero ahora que tengo mas tiempo la estudio y la repaso con asombro.
Racional, lógico,
socialista, autor de documentos valiosísimos que hoy muchos deberían re
descubrir sobre el estado laboral de nuestras clases obreras.
Seguramente le habrán
dicho “gallego”, como genéricamente llamamos a los españoles, pero era un catalán
que jamás pudo volver a sus pagos y dejó el fruto de su esfuerzo en nuestro
país.
Sufrió prisión por
razones políticas disfrazadas de defraudación, pero la justicia y el tiempo le
dieron la razón y la libertad.
Murió de cáncer de
garganta, paradójicamente, tal vez, de tanto gritar sus verdades.
Creo que vale la pena
volver a “poner en valor” su paso por nuestra historia.
Muchos años de
trabajo me convencieron de la necesidad de trabajar en equipo, de “mezclar”
oficios y conocimientos, de tener una visión holística de las cosas, y encontré
en Juan Bialet Massé a uno de esos fieles y raros representantes del “multi
oficio”, que dominaba tanto los aspectos legales de una querella como el dolor
físico de los esfuerzos mal hechos de los obreros rurales e industriales, el
valor del agro bien cuidado y la calidad química de la cal.
Tal vez, por un
defecto profesional, me sea más fácil desglosar su vida para el análisis, que
tomarla “como un todo”, tal cual él la vivía. Sea como sea, vale la pena volver
a “poner en valor” su paso por nuestra historia.
¿Quién fue Juan?
Nació en Mataró (Cataluña, España), en
1846. Su postura republicana, lo obligarían a exiliarse en la Argentina, para
nunca mas volver.
Llegó al país en 1873, a los
27 años, con su título de médico bajo el brazo, y se lo presentó al Dr.
Bonifacio Lastra, que en ese momento se desempeñaba como Ministro de Hacienda, Justicia e Instrucción Pública en
la presidencia de Nicolás Avellaneda.
Ese contacto lo llevó a Mendoza. Entre 1873 y 1875 fue Vicerrector, Secretario y Profesor de Física del
Colegio Nacional de esa ciudad.
Allí conoció a Zulema Laprida (nieta de Francisco Narciso Laprida -
Presidente del Congreso de Tucumán en 1816), con quien se casó en San Juan y
tuvo 8 hijos.
Desde 1876
pasó a ejercer la docencia en La Rioja como Profesor del
Colegio Nacional de La Rioja, y dictó Aritmética razonada y trigonometría,
Física, Química y Ciencias Naturales, e instala el laboratorio respectivo.
La Provincia de Córdoba le dará sus mayores
reconocimientos y disgustos a este catalán “que las hizo todas”.
Juan médico
En 1876 ocurrió un incidente que le hizo ganar el reconocimiento de la
gente de la época, cuando tuvo que atender de urgencias al futuro
Presidente Roque Sáenz Peña, a pesar de estar en plena carretera y carecer totalmente de
instrumentos adecuados, el catalán logró operar al abogado exitosamente.
En 1877,
Bialet Massé se radicó en Córdoba impulsado por Bonifacio Lastra, su "primer amigo en Argentina", y
por Manuel Lucero, Rector de la Universidad que le ofrece la
Cátedra de Medicina Legal.
Su aporte a la medicina quedó reflejado entre 1875 y 1876 en las
publicaciones de “Lecciones de Anatomía,
Fisiología, e Higiene Humana”. Tomo I y II.
Diez años después recibe el Título Doctor Honoris
Causa de la Universidad Nacional de Córdoba a propuesta de la
Facultad de Ciencias Médicas, y es nombrado Delegado al Consejo Superior.
Juan abogado
Ejercía su profesión de médico, pero como
consideraba que les eran indispensables para la Cátedra encomendada
los conocimientos legales. Cursa la carrera de abogacía y egresa luego de 20 meses. En 1879
fue designado profesor en la Cátedra de
Medicina Legal en la Universidad Nacional de Córdoba.
Su desempeño profesional le deparó, por aquellos
años, la holgura económica, que le permitió adquirir propiedades por el Valle
de Punilla.
Incansable escritor, publica en 1880 publica "Recopilación de Fallos del Superior Tribunal de Justicia de
Córdoba", el cual representa uno de los aportes precursores en materia
de jurisprudencia ordenada.
Su vocación docente lo llevó a representar
a la Universidad de Córdoba en el Congreso (Consejo) Pedagógico de 1882. Ese congreso fue el anticipo
de la Ley 1.420 de Educación Común, Neutral, Obligatoria y Gratuita.
Años más tarde, en 1885, escribe “Lecciones de Medicina
Legal Aplicada a la Legislación Argentina” (texto que le valdría el primer
Premio de la Academia Nacional de Medicina). El libro es declarado
Texto por la Facultad de Ciencias Médicas, para la
Cátedra que dictaría hasta 1890.
Escribe también "Código de Procedimientos
Criminal y Correccional", lo que le permitión que fuese considerado "Precursor del Derecho Laboral" por sus
comentarios sobre la responsabilidad empresarial.
Estuvo a punto de ser Rector de
la Universidad Nacional de La
Plata, cargo que no habría podido
recibir, por negarse a renunciar a su ciudadanía española.
Juan constructor
Su carrera empresarial fue corta, y al final casi empobrecedora en
términos económicos. En 1884,
compró propiedades en el Valle de Punilla en los cuales creó la fábrica de
Cales y Cementos “La Primera Argentina”, empresa que, como lo señala su nombre, había desarrollado cales de
inmejorable respuesta entrando en competencia con las importadas. Esta fue una
de las razones de su desdichado futuro.
Esta cal hidráulica (o cal de agua), ya era conocida y
producida por los Jesuitas y posteriormente se difundieron en la provincia
para usos en paredones de represas y obras hidráulicas, en donde, el hecho de
estar humedecidas permanentemente no las deterioraba como ocurre con las cales
aéreas o hidratadas sino, por el contrario, continuaba su fragüe, pero Bialet
Massé logró un producto superior en un 30 % en resistencia y 50 % menor en
costo. Su gran error fue olvidar que los perjudicados por estas economías no
iban a quedarse de brazos cruzados.
Conocedor de los proyectos que se gestaban
en la Córdoba de la cual él también era un impulsor, Bialet Massé
planificó y desarrolló una fábrica para las grandes cantidades que requirió la
construcción de obras hidráulicas.
Primero en La Toma de Córdoba y luego en
el "Riego de Los Altos de Córdoba", mas tarde en el Dique "Mal
Paso", a 3 km aguas abajo de La Calera, destinado a ser un
Dique Distribuidor de los Canales Maestros Norte y Sur.
La gobernación y la presidencia de Juárez Celman, estuvo teñida de
corrupción y negocios para unos pocos, pero promovió la obra pública entre la
que se cuenta el Dique San Roque, hoy ubicado en las proximidades de Villa
Carlos Paz, y que regaría durante muchas décadas el cinturón verde de la ciudad
de Córdoba.
Juárez Celman encargó
al ingeniero Eugenio Dumesnil el proyecto de un embalse sobre el Río Primero, para proteger a la ciudad de las crecientes y
asegurar la provisión de agua potable para la ciudad de Córdoba. Dumesnil decidió
asociarse con el ingeniero Carlos Cassaffousth.
Los estudios
fueron presentados a mediados de 1884, y el contrato
que daba comienzo a la construcción del dique se firmó a fines de 1886. La provincia cedía la construcción del mismo a la empresa de Juan Bialet Massé y Félix Funes, y concedía la dirección de la obra a Cassafousth.
Los socios licitan y obtienen la terminación de las
obras del "Riego de los Altos de Córdoba", transformándose en
empresarios con 7.000 operarios, 30 capataces y 16 ingenieros de los más
reputados del mundo en la especialidad.
Por aquella época,
el dique San Roque fue primer dique en levantarse en Sudamérica y el mayor embalse artificial del mundo,
albergando 250 millones de m3 de agua. El murallón del dique
tenía 115 m de longitud
y 37 m de altura. Era el mayor embalse artificial del mundo de esa época.
La obra cumbre del proyecto, el paredón del Dique
San Roque (120.000 toneladas de piedra y mortero hidráulico), se proyectó
previendo comprar toda la cal hidráulica necesaria para las mezclas en el
extranjero, pero la mejor calidad y el menor costo de la obtenida en la zona
destruyeron en parte el negocio de los importadores, que se tomarían revancha.
El desarrollo de esta obra (considerada en aquel momento como una de las
importantes del mundo), de quien el ingeniero francés Alexandre
Eiffel (el constructor de la famosa torre parisina), de visita en Córdoba, le
dijo “mi torre y su dique son las obras
mas importantes del mundo, pero la suya sirve, la mía es solo adorno”.
Lo que era una empresa se transformó en su
obsesión, su ruina económica y su gloria. Las dificultades económicas que
fueron surgiendo superaron a lo previsto por Bialet Massé. Inventó maquinarias
específicas y usó los inventos más modernos y adecuados. Hasta se trabajaba de
noche con luz eléctrica, recién inventada, generándola con motor a vapor.
Construir ese dique necesitó de mucho ingenio pero, dada la economía de
la época (maltratada bajo la presidencia de Juárez Celman), la maquinaria
escasa, la tecnología incipiente y la competencia extranjera de cementos y cales (que estaba exenta de aranceles),
lo comprometieron financieramente.
El embalse sería la obra de su vida. La protegería
hasta su muerte, confiado en como él planificó y ejecutó, y confiado en el
diseño de su amigo Casaffousth.
En octubre de 1889
Casaffousth anuncia que la obra completa y tan discutida está concluida. Las
erogaciones económicas que había realizado Bialet Massé para finalizar la obra
a pesar de la crisis económica del país ya que habían afectado los pagos
provinciales, habían afectado económicamente a Bialet, que resulta doblemente
perjudicado por la inflación.
Las obras demandaron tres años lograron terminar el
dique. Éste fue inaugurado en abril de 1890 por el Presidente Miguel Juárez Celman, que al poco tiempo debió renunciar por las
presiones políticas luego de los malos resultados de su “unicato”
Debido a las altas deudas, Bialet Massé pidió un concurso de acreedores para “La Primera Argentina” en 1892. Ese
año debía firmarse en París el Contrato de Sociedad de Capital para construir
el Canal Navegable de Córdoba al Paraná, proyecto de vía de navegación diseñado
por el Luis Huergo, primer Ingeniero Civil Argentino.
El Ing. Dumesnil, el
mismo que diseñó junto con Casaffousth el Paredón del Dique San Roque, fue
enviado a inspeccionar el Dique por los financistas de la obra, quien relató un
excelente informe favorable a la constructora.
En mayo de 1892 asumió como Gobernador de Córdoba Manuel D. Pizarro, quien solicitó a la
legislatura efectuar los arreglos al Dique San Roque, ya que por los informes
que manejaba "el Dique se encontraba
con algunos desperfectos que si bien no revisten peligro inmediato para su
estabilidad, requieren una urgente y eficaz reparación".
Pizarro solicitó
al nuevo Presidente de la Nación Carlos Pellegrini hacer una investigación
exhaustiva del estado del dique, y éste destinó para esa tarea, y para las
obras de reparación al ingeniero Federico Stavelius, vicepresidente del
Departamento de Ingenieros de la Nación.
En el mes de julio
de ese año la población se alarmó por el rumor que el dique cedería y la ciudad
sería destruida.
En agosto,
Stavelius y Cristian Kürzer, empleado de las obras del puerto de Buenos Aires,
también designado "ingeniero nacional" por decreto, elevaron el
informe definitivo al gobernador Pizarro. En un gran plano, sobre un croquis
del murallón, se señalaban 90 puntos de filtraciones de agua en el dique.
Se señalaban
varias pequeñas rajaduras y una grande, que atravesaba al dique en su parte
central, según Stavelius "de parte a
parte", y aconsejaba la erección, aguas arriba, de un muro de
ladrillos levantados con portland "inglés", rellenando la separación
con el dique existente también con portland. En su opinión, la cal de Córdoba
no era apta para construcción, por lo que debería salvarse recurriendo a
material importado desde Inglaterra.
De acuerdo con
este informe, el Gobernador inició un juicio contra Bialet Massé y Cassafousth. Bialet Massé
respondió elevando una protesta contra el informe, declinando toda
responsabilidad por las modificaciones a realizarse al paredón e iniciando un
juicio contra Stavelius por usurpación del título de ingeniero.
Pizarro hizo un
reconocimiento personal en el dique, donde Kürzer fracasó en encontrar las
rajaduras, especialmente la que habría cruzado el dique "de parte a parte". El ex Gobernador Marcos Juárez, presente en el acto, envió un telegrama a su
hermano menor, el ex Presidente Juárez Celman,
informándole que ni él ni ninguno de los ingenieros profesores de la Universidad de
Córdoba habían encontrado lo descrito por Stavelius,
resultando totalmente inexacto dicho informe.
No obstante, Pizarro autorizó los trabajos de
reparación, cotizados por Staveluis y Kürzer en $ 400.000 pesos, lo que
significó un juicio y la prisión preventiva para Bialet Massé y Casaffousth.
Bialet Massé
y Cassafousth fueron
arrestados en la cárcel de Córdoba. Desde allí dirigieron las obras de
reparación de aspectos menores del dique, gastando a costa del erario
provincial solo $ 5.000.
Bialet Massé, preso, se dirigió al ex Gobernador
que lo apoyara:
"Escribo
a usted desde el Departamento de Policía donde estoy preso por el crimen de
haber construido el dique. Le garanto por mi honor que el dique es bueno, y
está bien a pesar de algunos desperfectos causados por el abandono, pero no se
asuste. Es cierto que hay que derribar el Dique, para que no quede nada que
venga de los Juárez. !!! Bárbaros!!!....",
Durante el
juicio, Cassafousth quedó en la
ruina por haberse perdido en sede judicial los títulos de las propiedades de
sus terrenos e inmuebles. También Bialet Massé perdió todo lo que tenía y debió
pedir dinero prestado para pagar la pensión donde vivía con toda su familia.
Trece meses
después de ir presos, en noviembre de 1893, el Juez Antenor de La Vega los declaró inocentes, ordenó la libertad de Bialet Massé y Cassafousth, cerró la
investigación y ordenó a la provincia pagar las costas del juicio por $
200.000. Al día siguiente, el gobernador Pizarro renunció al cargo.
Cuando reciben en Europa
las noticias del juicio a los constructores y del estado “calamitoso” del
Dique, se disuelve el trato del canal Córdoba-Paraná definitivamente,
fracasando un proyecto que economizaría un 50 % de los fletes de los granos
exportables, y que, no por casualidad, se transportaban por los
"ferrocarriles ingleses".
Bialet Massé se encargó de investigar a Federico
Stavelius, llegando a la conclusión que quien había realizado la evaluación no
era ingeniero. Con 138 fotografías de la construcción del dique, todavía
existentes, certificaron la calidad de los trabajos.
En 1895,
finaliza el "Proceso, en segunda
instancia, seguido contra el Ing. Civil Carlos Casaffousth y el Empresario
Constructor Dr. Juan Bialet Massé por supuesta defraudación y defectos de
construcción en las Obras", absolviendo definitivamente a ambos.
En 1896,
Bialet Massé promueve Juicio contra Federico Stavelius por Perjurio y Ejercicio
Ilegal de la Profesión de Ingeniero Civil, obteniendo su extradición.
Las acusaciones del técnico enviado por la Nación, conocido como
"falso ingeniero" Federico Stavelius, resultaron infundadas y falsas.
Recién en 1898 el
médico y abogado catalán finalizará la querella contra el “ingeniero”
contratado, por ejercicio ilegal de la profesión y uso ilegal del título de
ingeniero.
En Febrero de 1897, en momentos en que el Dique San
Roque rebasaba por segunda vez en su historia, el gobierno decretó una fiesta
en el Dique, y recordando el momento en que el discutido “ingeniero” Stavelius
había afirmado que “el dique, cuando
rebasa, vibra y hasta se mueven las tejas de la casa del cuidador”, se
reunieron Bialet, Roca, Huergo, Firmat, Aranda, Caraffa, y parados sobre el
majestuoso dique rebalsando exclamaron haciendo coro, !!
vibra, vibra, Stavelius !!
En 1898
Bialet Massé presenta el alegato final en la querella contra Stavelius y
publica “Alegato de bien probado, juicio contra D. Federico Stavelius”.
En agosto de 1900, fallece el Ing. Carlos A. Casaffousth en su Gualeguay natal,
afectado por una pleuresía. Casaffousth, luego de los avatares del juicio por
los asuntos del Dique San Roque que le provoca una profunda depresión, y
aquejado por las consiguientes dificultades económicas, nunca pudo recuperar su
propiedad en Santa María de Punilla.
En aquellas tierras queda como mudo testimonio un
dique de 120 metros de coronamiento, parte de su proyecto
agropecuario trunco y los pilares del puente que mandó construir, que se
conserva incólume a pesar de todas las crecientes del Río Cosquín.
En 1944 se inició la construcción del nuevo dique, de características
completamente distintas, ya que se trata de un muro de gravedad (no de arco
como Los Molinos), manteniendo la misma cota de coronación y de llenado, y difieren básicamente
en el material utilizado. El viejo constituido por un tipo de enrocado asentado
con cal hidráulica, y en el nuevo por hormigón.
Lo de las
filtraciones que mencionan como justificación para la construcción de
una nueva presa carecen de toda lógica, máxime tratándose de una
presa de hormigón y apoyada sobre roca de esas características (*).
El viejo dique, ubicado 150 m
aguas arriba del nuevo, fue dinamitado para permitir el paso del agua, no
obstante, una parte del mismo resistió a los explosivos, de modo que aún se lo
puede ver en la superficie del lago.
Esto dejó en
evidencia la calidad de la construcción del dique original, echando por tierra
todo tipo de especulación respecto de su fortaleza.
Tanto el antiguo
dique como el nuevo embalsan a la misma cota, y retienen, hasta el mismo nivel
del vertedero, 200 hm³.
El original
también embalsaba 200 hm³, ya que ambos vertederos están a similar cota
referidas al nivel del mar.
La única
diferencia entre el antiguo y el actual es la capacidad, del actual dique, de
retener hasta 250 hm³.
(*): Ing.
Pablo Demo. Comunicación personal
Juan político
Cómo político fue designado Concejal de la Ciudad de Córdoba en 1883,
asumiendo como Presidente del Concejo Deliberante a fines de 1883,
correspondiéndole el importante acto de aprobar la compra de Sistema de Aguas
Corrientes y Gas de la Ciudad.
Juan
profundiza su vocación política “al lado de la gente”. El catalán y su director técnico Casaffousth, cuando salieron de la
cárcel, estaban dispuestos a poner distancia con esta ciudad que le había dado
la espalda.
Bialet
recaló entonces en Rosario y se convirtió en abogado laboralista, ejerciendo
como letrado de la Sociedad de Obreros y Estibadores de Rivera de Rosario (a
quienes representó en el Congreso de
la Unión
Obrera Argentina), y la Confederación de Obreros Ferrocarrileros de Rosario, dos
organizaciones de trabajadores ideológicamente anarco sindicalistas a los que
les escribió un manual de funcionamiento sindical.
Convencido
que el poder del obrero estaba en la instrucción, con una sinceridad brutal, y
alejada de lo políticamente correcto, dijo:
"No
esperéis oír de mi boca esas frases huecas, que se han hecho tontas a fuerza de
repetirlas, y que a nada práctico llevan. Yo no voy a decir aquí, aquello de
guerra al burgués, fuego al capital, los derechos sagrados del proletariado,
comuna, dinamita....eso, son macanas, que no sirven sino para retardar el
progreso del obrero, calentarle la cabeza y remover lo que queda del salvaje en
el fondo de cada hombre, trasmitido por la herencia y que la civilización no ha
podido arrancar todavía."...
"El
primer deber de todo obrero y especialmente del ferrocarrilero, es instruirse.
Sin instrucción, el hombre es casi una bestia y las bestias han sido hechas
para ser cargadas; el analfabeto es la bestia más indefensa de la naturaleza,
no tiene ni el medio de hacer constar su pensamiento ni leer el ajeno...".
"Si
no fuerais ignorantes de vuestros derechos, no se vería el hecho escandaloso de
que las empresas vengan a ofreceros cien pesos por un brazo roto..."."Es
un deber de patriotismo, de moral y de ley, llevar a los tribunales cada uno de
estos casos, sin cobardías, ni desmayos."....
"Eso
es lo que debéis aprender, y no esos mentidos derechos al grito, al desorden,
al escándalo, que no tenéis, ni son compatibles con la paz social. Y creedme,
ahí es donde duele y ahí es donde hay que pegar"....
"Si,
repitámoslo una vez más; hay que vencer los abusos de la fuerza y del dinero;
para ello, HAY QUE DECLARARLES LA PAZ Y DARLES EN LA CABEZA,
CON LA LEY, EL ORDEN, LA UNION Y EL USO DEL DERECHO...".
"Instrucción
y orden, unión y ley, libertad y responsabilidad, constancia y moderación, he
ahí los dogmas del obrero, que conducen a un fin: el triunfo seguro de la
Justicia.
He dicho
En 1904, Joaquín V, González, (Ministro de Roca durante su segunda
presidencia), lo eligió para crear un comisionado para relevar la condición
laboral y población obrera en Argentina.
Transitó por 14 provincias relevando personalmente el estado de salud y
económica de los zafreros tucumanos, los hacheros en los obrajes de Salta, los
mineros de Famatina y Chilecito en La Rioja, los cosecheros de las trillas
pampeanas y las empleadas domésticas, entre otros.
Bialet, Visita talleres, recorre estancias y penetra en tolderías
indias. Inspecciona obrajes. Baja a galerías y socavones mineros. En su largo
peregrinaje por mundos apartados, completa su recorrido sin tregua.
Su informe son 1.500 páginas en tres volúmenes. En los dos primeros,
examina la situación del trabajador en las diversas provincias y territorios
nacionales. Los títulos de cada capítulo indican especificidad:
·
“El obrero criollo”
·
“El trabajador indígena”
·
“La inmigración extranjera”
·
“El trabajo agrícola”
·
“Los cereales (Los potenciales de la agricultura
argentina)”
·
“El Azúcar (su explotación en las provincias de
Tucumán, Salta y Jujuy)”
·
“La Rioja (minería)”
·
“Córdoba (El riego, la fuerza hidroeléctrica, la
cantera)”
·
“Entre Ríos (La colonización)”.
El tomo II incluyó los informes referidos a la provincia de Santa Fe y
en el tercer volumen amplió los dos primeros. Allí se concentraron
estadísticas, estudios comparativos, exámenes de suelo, climas, producciones y
las características de cada población.
Tal es su
compenetración con su trabajo que en el informe, que en su escritura utilizó
muchas veces los verbos en presente. Registra fundamentalmente el punto de
vista del obrero, el análisis que el intelectual puede hacer de esos datos es
secundario, y él es consciente de ello y dice:
"en esta investigación podrá haber error en las
apreciaciones, pero los hechos son tales cuales los he visto o
comprobado".
El Informe Bialet Massé describe y anuncia el mundo urbano que
estallaría en la Semana Trágica y la vida semi feudal de los obrajes rurales,
que adelantaba la huelga de peones de Santa Cruz, en los años ‘20 y que
concluiría con cientos de trabajadores fusilados.
Para entonces, la investigación ya estaba “bien cajoneada”. Es que el
Informe de Bialet Massé es un trabajo de brutal honestidad intelectual, a punto
tal que sus conclusiones pusieron en tela de juicio a quienes ordenaron
hacerlo, a la clase dirigente argentina y en definitiva, al sentido mismo de
sus políticas.
Estos son algunos de sus comentarios:
·
Mineros riojanos
“En las cumbres el Famatina he
visto al peón cargado con 60 y mas kilogramos deslizarse por las galerías de
las minas corriendo riesgo de todo género, en una atmósfera de la mitad de la
presión normal”. Esas son las águilas del progreso, héroes anónimos que labran
el canal de la riqueza que ellos no van a gozar”
“Algunos tienen una carpa, pero eso es un lujo. Los mas clavan cuatro
estacas en el suelo, y sobre los largueros colocan palos y sobre estos bolsas
llenas de pasto seco, que es su colchón. En la cabecera ponen astillas de
quebracho como almohada.”
“Aunque se dice que trabajan de sol a sol es falso, porque aprovechan la
luna, el alba o después de la puesta del sol para alargar la jornada”. “Le
cobran 2 centavos por el uso de una letrina…¡ y que letrinas!. Habría que pagar
5 centavos por no usarlas. ¡Que extravagancia tiene la codicia!
·
Zafreros
tucumanos
“Mucho temo que pasada la
cosecha, que ofrece tan pingües utilidades, pase también el deseo de remediar,
o mejor, el convencimiento de la necesidad de hacerlo; pero en el pecado irá la
penitencia. Junto al cereal está el obraje, y la huelga que amenaza a Tucumán
no hay poder público que pueda evitarla.
O viene la ley reglamentando
la jornada, los descansos y estableciendo el arbitraje, o los patrones
organizan el trabajo racionalmente y hacen conocer por todos los medios de
publicidad esa organización y las garantías que ofrecen, o los obreros no irán.
Y entonces aprenderán por los registros de caja”.
·
Costureras,
lavanderas y planchadoras
“No eran pocas las mujeres que
cargaban con el sostén de la familia, con la rudeza de la vida; de aquí que
acepten resignadas que se pague su trabajo de manera que sobrepasa la
explotación, y con tal de satisfacer las necesidades de los que ama, prescinde
de las suyas hasta la desnudez y el hambre (...)”.
“La clase más numerosa la
constituyen las costureras. Trabajando fuerte, ganan de 80 centavos a un peso
por día; las de trabajo superior, de $1,20 hasta un $ 1,40 excepcionalmente.
Pero en algunas casas trabajan varias, ayudándose unas a otras, y no puede
saberse bien lo que ganan. (...)”.
“El ramo de las planchadoras
en Tucumán está tan malo como en las otras ciudades del país. Trabajan de 6 de
la mañana a 6 de la tarde, teniendo un descanso de media hora para el mate,
mañana y tarde, y hora y media al mediodía (...)”.
“Otro oficio es el de las
lavanderas. Estas son unas desgraciadas: flacas, enjutas, pobres hasta la
miseria. Visité algunas lavanderas y planchadoras, y me enteré cómo efectúan
estos trabajos de modo primitivo. En una batea, debajo de un árbol o de unas
ramas, unos tarros vacíos de petróleo, en los que hacen hervir la ropa, puestos
en un fogón, que son tres o cuatro piedras en el suelo”.
Cuando hablaba de estar “al lado de la gente” lo hacía literalmente.
Durante muchas jornadas ocupó la tarea de quien estaba relevando para sufrir en
carne propia el esfuerzo y sufrimiento de estos trabajadores.
Elevó el informe encomendado y escribió:
·
1902. “Ordenanza reglamentaria del Servicio Obrero y Doméstico”
·
1902. “El Socialismo Argentino”,
·
1903. “Deberes y derechos de los obreros” (Confederación FFCC)
·
1904. “Tratado de la responsabilidad civil en derecho argentino bajo el
punto de vista de los accidentes de trabajo”
·
1904. “El Estado de las Clases Obreras Argentinas".
·
“Descanso Semanal"
·
“Responsabilidad Civil en el Derecho Civil Argentino"
·
“El Espíritu de la Ley Nacional de Trabajo”
Dijo en 1904:
“No se ocultan las llagas
ocultándolas o velándolas a la vista del cirujano por un pudor malentendido: es
preciso, por el contrario, presentarlas en toda su desnudez, en su verdad,
manifestando sus antecedentes con toda sinceridad, para aplicarles el remedio
más conveniente”.
En 2007, su biógrafo Norberto E. Huber publicó el libro Juan Bialet
Massé, Precursor de la Regulación de las condiciones de Trabajo, en 2 tomos,
Editorial Alción, Córdoba, Argentina.
Juan agrónomo
Acercándose a sus 60 años, Bialet Massé se interesó
no solo en lo que significaba el agua de riego y sus obras de conducción sino
que también se interesó en la agronomía misma.
Tenía posibilidades de ser docente en estos temas,
sin embargo, y como siempre, se sentía sin conocimientos para profundizar en
estos temas.
Fue entonces cuando se decidió a estudiar agronomía
en la Escuela Práctica de Agricultura de Córdoba.
Inició y finalizó sus estudios como Agrónomo (Técnico en Agricultura y
Zootecnia) cuando ya tenía 60 años. Su pasar no fue desapercibido, y fiel a su
pensamiento de “estar en el lugar”, fue alumno de pala en mano durante los
trabajos prácticos de campo.
Bialet Massé fue autor del programa de estudios y Profesor designado de “Legislación Industrial y Agrícola” en
la Facultad de Ciencias Exactas Físicas y Naturales de la Universidad Nacional de Córdoba en 1906.
Una nueva contribución fue la publicación de “Administración de Irrigación y Comentarios de las leyes Agrarias”.
Su último sueño fue escribir sobre “Informe sobre la creación de colonias nacionales algodoneras”, con
especial referencia al noroeste de la Provincia de Córdoba, agregando croquis y
planos de los emprendimientos realizables, publicado en el Nº
1 de los Anales de Ministerio de Agricultura en 1906.
El final
En 1907, a los 61 años, falleció afectado por cáncer de garganta en la ciudad
de Buenos Aires.
Fue Bialet Massé un
intelectual que demostró al mismo tiempo ser un hombre de acción, desde su
republicanismo catalán y sus profundas convicciones democráticas.
Conoció, estudió,
respetó y criticó las ideologías socialista, anarquista y extrajo de ellas
aportes importantes para la legislación social argentina.
Se le critica su
accionar durante el período conservador, sin embargo, a través de su obra fue
denunciante y crítico del régimen y sin compromisos con la política de
partidos.
No era un
revolucionario. Era un republicano reformista comprometido con los intereses de
los más postergados del país.
Se adelantó en mucho a
su época y sentó las bases de una disciplina jurídica que todavía se encuentra
en gestación, como el único instrumento hábil para arribar a una justicia
social que nos resulta todavía lejana.
Bibliografía
AMARILLA,
J.C. 2014 Bialet
Massé: la obra de un olvidado. https://noticiasconobjetividad.wordpress.com/ 2014/05/27/
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