miércoles, 15 de noviembre de 2017

La López Pereyra. Una de amores, desamores y juicios



¿Quién, que hoy peine canas, no cantó o tarareó alguna vez en un fogón o en una peña la famosa zamba “La López Pereyra”?, considerada himno tradicional de Salta.

¿Quién se preguntó que tiene que ver la letra de la misma con el título, ya que en la misma no aparece, ni siquiera es protagonista, don López Pereyra.

Esta historia es conocida, pero no por ello podamos dejar de recordarla con ribetes amorosos, criminales, policiales y penales, acompañada con una música pegadiza que puso en el pentagrama don Artidorio Cresseri.

Cuando uno se pone a estudiar esta corta historia, de un hecho tan simple, y a su vez tan "arrevesado", no puede menos que elegirla como “típica de nuestro país”. Como en los cuentos infantiles, uno la escribió, otros le pusieron letras, otros se la hicieron propia, y un pícaro se quedó (o al menos lo intentó), con la tajada.

Si hubiese sido un bodrio nadie la cantaría, nadie la reclamaría, no generaría tanta polémica ni levantaría tanta polvareda, en apenas 3 minutos y 37 segundos, que es lo que duran las versiones clásicas.

¿Quién fue don Artidorio?
Artidorio Cresseri nació en la Ciudad de Salta un 5 de marzo de 1862 en el seno de una familia de origen italiano. De su padre heredó las ansias de viajar y conocer. A los once años comenzó a acompañarlo al trabajo, comerciando con mulas en la frontera con los países andinos. Más adelante, residió en Tarija (Bolivia) y comenzó a viajar a Sucre.
En esos viajes se familiarizó con la música y la danza andina. De su madre recibió sus primeras lecciones musicales y a los 16 años ya tocaba el piano. En 1880, su obra musical Bailecito de Bolivia se hizo muy popular en Sucre, el sur boliviano y en las provincias de Salta y Jujuy. Entre sus obras se pueden mencionar también “Zamba para Palmira”, “Al pie del Chañi” y “Ofrenda”. 
Se dedicó a la composición, la interpretación y la docencia. Fue maestro de enseñanza primaria y ejerció como Director de la Escuela Elemental Nº 1.
Durante toda su vida recorrió las provincias del norte argentino, dedicándose a la afinación de pianos, a la enseñanza musical y a la investigación del folclore de la región. 
¿Por qué  la zamba se llama La López Pereyra?
Una noche, al regreso a su casa Cresseri mantuvo una acalorada discusión con quien fuera su pareja, y la empujó, con tan mala suerte que la mujer dio con la nuca contra un umbral perdiendo la vida en el acto.
Cresseri fue encarcelado, pero, durante el juicio, a través de la figura legal de “emoción violenta” (extraída de la jurisprudencia francesa y utilizada por primera vez en nuestro país), el Juez Carlos López Pereyra, liberó a don Artidorio.

El músico quedó eternamente agradecido a quien lo salvó de la cárcel. En una antigua publicación, el hijo de Cresseri recuerda que "en plena reunión, alzados ya los ánimos, López Pereyra le pidió a don Artidorio que ejecutara esa 'chilena' que tanto le gustaba.

Fue entonces cuando, empujado por la emoción, le dedicó su composición musical bautizándola: “Chilena dedicada al Doctor Carlos López Pereyra", que luego se simplificó en los fogones y peñas como “La López Pereyra”
Don Artidorio falleció a los 88 años en la indigencia de un hogar de ancianos de la Ciudad de Salta el 18 de octubre de 1950, sin saber como, una de sus composiciones, se convertiría en el centro de numerosas polémicas y pleitos judiciales durante los próximos 30 años.
¿Quiénes compusieron la letra de La López Pereyra?
Hasta donde los registros existen y las demandas judiciales lo prueban, la música de esta zamba (o zamba-cueca por su ritmo, también llamada chilena), si bien fue escrita en 1901 por don Artidorio, que llegaba a la madurez de sus 40 años, nunca la registró.
Algunos también le atribuyen la letra, sin embargo muchos son los que se “anotaron” como autores de esta última, quizás hayan visto unos pesos por los derechos de autor de este tema popular.
Entre los escritores de la letra han sido mencionados Juan Francia, René Ruiz, Arturo Gambolini, José Gambolini, el propio Artidorio Cresseri y hasta el juez Carlos López Pereyra.
Generalmente se admite que la letra fue compuesta posteriormente a la popularización de la música. Si bien no existe plena certeza sobre la autoría de la letra de la canción, los investigadores coinciden en general en que la misma es obra de varios autores, pero discrepan al momento de establecer la autoría de cada uno.
La mayoría de los estudiosos coinciden en reconocer al uruguayo Juan Francia como el principal autor de la letra, al menos de las tres primeras estrofas.
Si esto fuese así ¿Cómo Juan Francia interpretó que la música estaba inspirada en la muerte de la amante de Cresseri?
¿Cómo es que ahora algunos “estudiosos” entienden que la letra debe ser considerada dentro de un femicidio causado por Cresseri, si este no era el autor de la misma?
Según el psicólogo Diego Dutto:

En varios pasajes de “La López Pereyra” se puede inferir la actitud psicológica que toma el autor: “Tu imagen me persigue, tuya es mi vida”, o “deliro con la falsía con que ha pagado tu amor”, etc. Una clara postura de posesividad y despecho tan propia de un amor equívoco.

“Me han dicho que no me quieres pero eso no es un motivo, me privas de tu mirada” como si no fuera un motivo válido que ella no quiera mirarlo si no es lo que él quiere (“no me importa lo que vos quieras o pienses si el que manda y decide soy yo”), despojando a la mujer de su libre albedrío, de su condición humana básica. 

El “juicio” de estas interpretaciones psíquicas (y no psicológicas), parecen haber sido elaboradas en una noche de borrachera (o algo mas), y  habría que hacérselo a el/los autores de la letra, si es que ellos tuvieron un acto de femicidio, y no al autor de la música, que en realidad lo cometió.

Un historiador dice:
El contexto metafórico no conlleva ni un dejo de despecho, rabia, indignación o algo muy oculto o “entre líneas” que deje entrever “algo” de pequeñez o chatura. Todo el texto es una tristísima elegía de enamoradísimo ser que ante la adversidad irreversible, derrama su alma en cada verso y como remate ruega “al Dios piadoso resignación...”
La letra describe mas a un hombre despechado que a uno arrepentido de un femicidio, pero fuese como fuese el pueblo la seguirá cantando sin tanto análisis “científico”.

Considerada como "la canción salteña", la zamba "La López Pereyra" en su melodía, muestra, apenas visibles, todos los elementos necesarios para una historia apasionante: un desengaño amoroso, un asesinato, un robo y finalmente la consagración mítica en el pueblo.
Parece ser que en sus continuos viajes, y cuando aún la zamba no tenía título, Cresseri se la hizo conocer a la madre de los santiagueños, luego famosos, hermanos Ábalos. La mujer difundió la melodía y la bautizó como “La chayateña”.

En 1916, el recopilador Andrés Chazarreta publica su segundo álbum y entre ellas figura “La chayateña” con su autoría. Los familiares de Cresseri, que aún vivía, iniciaron acciones judiciales, aunque Chazarreta reconociera que se trataba de una zamba salteña “silvestre” que “escuché alguna vez y cuyo autor desconozco”, que le pasara en Tucumán el “Negro” Parreño, un violinista santafecino. “La López Pereyra” fue difundida por Chazarreta, a partir de la década de 1920.

En 1922, el dúo Gardel-Razzano tiene en su repertorio una tonada titulada “El sapo y la comadreja”, cuya melodía es la de “La López Pereyra”.
En 1949 se inicia en Salta un movimiento de reivindicación en favor de Cresseri (quien fallece un año más tarde). Integran aquella comisión de defensores, para que se reconocieran los derechos de Cresseri como autor de la música, artistas de la talla de Manuel J. Castilla, César Perdiguero y el “Cuchi” Leguizamón.
Con posterioridad, los grupos folclóricos salteños incluyeron la canción como una de las principales de su repertorio, ligada a la reivindicación de Cresseri, como autor de la misma, y en consecuencia de su pertenencia al patrimonio cultural de Salta.
La canción fue inscripta en 1958 en SADAIC (Sociedad Argentina de Autores y Compositores), con los títulos López Pereyra y Llorar llorar,
En 1960 SADAIC decide suspender la liquidación de derechos, que hasta entonces eran cobrados por Chazarreta y en 1967 la justicia reconoció a Cresseri como autor de la Música. En ese mal momento de litigio se han juzgado opiniones de peso como de Atahualpa Yupanqui, Antonio Faro, Ariel Ramírez, la madre de Los Hermanos Abalos, el “Tata” Farías Gómez entre otros.
En 1964 José Canet realiza su propia adaptación de la zamba en tiempo de tango. Con el acompañamiento de sus guitarras, es registrada con letra de Alberto Marino.
Inicialmente, la canción fue titulada como Cafayate y luego como Chilena dedicada al doctor Carlos López Pereyra. También ha sido conocida como La chayateña.
Hubo una apelación, y en definitiva la justicia falló, en 1978, en favor de Cresseri, reconociéndole el 50 % de los derechos de autor, cuando este ya había muerto pobre y olvidado.
Un día el “Cachilo” Diaz fue interrogado sobre su parecer respecto al origen de la zamba y este dijo:
“esa composición es realmente una habanera cubana que vino bajando de voz en voz, de pueblo en pueblo y se metió en territorio argentino. Llegó a Salta, Cresseri la rescató del bardo popular y la anotó como suya. Cuando pasó por Santiago, Chazarreta hizo lo mismo”.

¿Es una zamba?
Esta composición tiene la particularidad de no tener estribillo, una característica de la zamba "antigua". Con posterioridad la zamba se compondría por regla general con dos partes (primera y segunda), cada una de ellas con dos estrofas y un estribillo.

Yo quisiera olvidarte, me es imposible mi bien, mi bien...
Tu imagen me persigue, tuya es mi vida y mi amor también...
Y cuando pensativo yo solo estoy...
Deliro con la falsía con que ha pagado tu amor, mi amor.

Si yo pudiera tenerte a mi lado todo el día...
De mis ocultos amores paloma te contaría...
Pero es inútil mi anhelo, jamás, jamás...
Vivo solo para amarte, callado y triste, llorar, llorar.

Me han dicho que no me quieres, pero eso no es un motivo...
Me privas de tu mirada, mi alma, sin ella no vivo...
Voy a ocultarme a un selva solo a llorar...
Y pueda ser que en mi destierro tus ojos negros pueda olvidar...

En una noche serena al cielo azul miré, miré...
Contemplando a las estrellas, a la más bella le pregunté...
Si era ella la que alumbraba tu amor, mi amor..
Para pedirle por ella, al Dios piadoso resignación... 
Los estudiosos también han discutido su ritmo, definido inicialmente por el autor como una "chilena", sosteniendo que el mismo es más rápido que una zamba clásica y más cercana a una cueca.
Esta canción sería una "zamacueca" (o zamba-cueca), antecesora de la zamba, por lo cual tiene un solo tema, considerado como A. Las zambas tradicionales tienen dos temas A y B (B es el estribillo). 

Bibliografía

ÁVILA, C.J.  2005. Zamba signada por la tragedia. http://www.eltribuno.info/revelaciones-torno-la-lopez-pereyra-n624983

BINI, J. 2005. Historia de La López Pereyra. argenfolk.blogspot.com/2005/10/historia-de-la-lpez-pereyra.html

DUTTO, D.  2015. Un imaginario de la violencia. http://www.eltribuno.info/revelaciones-torno-la-lopez-pereyra-n624983

SAGARNAGA, D. 2015. Revelaciones en torno de "La López Pereyra". http://www.eltribuno.info/revelaciones-torno-la-lopez-pereyra-n624983. Octubre 11. 22:13

 

VOZZA, R.E. 2012. Los orígenes de "La Lopez Pereyra". mileniomdq.blogspot.com/2012/01/los-origenes-de-la-lopez-pereyra.html





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