Poemas sentidos como los de María Elena Walsh (a la que le tomé prestado el título de este escrito), Luis Landriscina (a su señorita Rosa) o Félix Luna (a Rosario Vera), no podrían haber representado mejor a quienes seguimos viendo, aún en estos días: maestras y maestros rurales que dan su vida por pocos pesos, cumpliendo misiones imposibles.
Tal vez la más conocida, por
la difusión de su obra, haya sido Rosario Vera Peñaloza, una riojana “de los
llanos” que representa a otras miles de nuestros desiertos, punas, pampas,
cuchillas, llanos, quebradas, sierras, selvas y montañas, que hoy siguen
esperando el reconocimiento de una sociedad hipócrita amontonada en las grandes
ciudades.
El relato de su vida y la de
otras tantas tal vez sacuda nuestra modorra educativa.