Opinan algunos que “cuando se mezcla la leyenda con la historia, es mejor quedarse con la
leyenda”, y tal vez es el caso de la Princesa Juana (o Arocena), considerada
como el alma fundadora de San Luis.
El poeta puntano dijo de ella “porque tú fuiste la semilla nuestra, y nos diste color americano, centurias
antes que la patria fuera”. Y hablaba así porque estamos hablando del siglo
XVI.
La bella Arocena es ofrecida y elegida por un
Capitán español quien la rebautiza Juana, y hasta la propia realeza española le
da como herencia muchas tierras puntanas hasta el actual límite con la
Provincia de Córdoba.
Era hija de un cacique Michilingüe, una parcialidad
comechingona que habitaba los llanos de San Luis.
Este
es uno de los tantos casos donde la gente “necesita” que una leyenda se haga
realidad. Si Juana fue el origen de la “puntaneidad” siendo cabezas de muchas
familias, bienvenida sea.