martes, 31 de mayo de 2022

El “Pajarito” Velarde. Hombre de alto vuelo en el cielo salteño

 




De tanto escuchar su nombre en diversas composiciones folclóricas norteñas, uno se podría hacer la imagen que el Pajarito Velarde fue un campechano autor o compositor prolífico, de los tantos que existe en nuestro país, pero nada más alejado de eso: era un culto empleado bancario que usaba sus contactos para promover la música vernácula.

Acompañó de su mano amiga a muchos grupos musicales como Los Fronterizos o Los Cantores del Alba, y se rodeaba de otros cientos de personajes de la música, la poesía o el deporte.

En su casa lo visitaban muchos hombres talentosos de todas las áreas, desde Jorge Luis Borges, Juan Manuel Fangio o Enrique Muiño, solo para citar algunos.

El dicho “si no conoce el museo del Pajarito Velarde no conoce Salta”, sigue siendo una provocativa propuesta para acercarnos a los personajes que le dan brillo a la cultura popular folclórica tradicional.

Veamos …

¿Quién fue Guillermo Velarde Mors?

A inicios de diciembre de 1895 nació en Cerrillos (Salta), Guillermo Velarde Mors, popularmente conocido como “Pajarito”, apodo que representaba su figura delgada y elegante.

Hijo de una familia de buen pasar económico,  concurrió para sus estudios primarios a la escuela Dr. Benjamín Zorrilla, en tanto que la secundaria la finalizó en el viejo Colegio Nacional de la ciudad de Salta.

Al concluir estos estudios, su familia, que era de la alta sociedad salteña, lo envió en 1914 a Buenos Aires para continuar sus estudios universitarios. Primero se inscribió en la carrera de abogacía, estudios que abandono tiempo después para cambiar por odontología, carrera que también abandono.

Por su gusto artístico refinado, se acercó a las academias de tango logrando el diploma de “Campeón de baile de Tango”, que le sirvió algunos años más tarde para ser profesor de ese ritmo en su Salta natal.

Los años fueron pasando y en 1922, cuando estaba haciendo los trámites para ingresar a la Facultad de Medicina en Córdoba, fallece su padre, don Juan Emeterio Velarde, y fue entonces cuando Pajarito regresa a Salta.

Trabajó como periodista de tiempo parcial en el diario El Intransigente mientras gestionaba su ingreso al Banco de la Provincia de Salta, donde muchos años más tarde se jubiló como Secretario General del Directorio.

En 1930 crea y dirige sus propios periódicos. Uno llamado “Salta” y el otro “Tradición y Cultura”, ambos con un contenido selectivo de buena lectura y hermosa presentación, pero de publicación efímera y de poca circulación, que los llevo a la quiebra al poco tiempo de aparecer.

Guillermo era muy elegante, siempre bien vestido. Nunca se lo veía de vestimenta simple, pero en el fondo era sencillo. Podría haberse comprado un auto pero no, tenía una hermosa bicicleta de aquel tiempo, toda cromada y con ella salía y andaba, impecablemente vestido, por el centro de su ciudad. 

Un mecenas sin dinero

Ese mismo año Pajarito creo y subsidió la Sociedad de los amigos del Arte. Cabe aclarar que esta sociedad fue muy importante en esa época, ya que  suplió, hasta fines de 1952, la falta de una casa destinada para la Cultura en Salta.

La Sociedad de los amigos del Arte logró reunir en su casa a numerosos músicos, bailarines, artistas, cantores, poetas y deportistas nacionales y extranjeros.

Al mismo tiempo organizó certámenes literarios e invitó a artistas plásticos de diversas provincias.

En 1949, dada la gestión de Pajarito y su institución, en el Teatro Victoria de la Capital Provincial, actuaron Los Niños Cantores de Viena, todo un acontecimiento para la época en una provincia.

La casona que adquirió en 1940 (en realidad era una casita de un dormitorio, cocina, estar y un baño externo), era cita obligada para las celebridades culturales y sociales de la época. Por allí se paseaban todos aquellos que llegaban a la ciudad, fusionando sus artes en largas tertulias.

Era común mirar hacia adentro por la ventana de la vieja casona y ver a Eduardo Falú, el Cuchi Leguizamón, o los Dávalos. Pajarito, el anfitrión cedía espacios mientras que los recibía con un trago, ya que era uno de los mejores cocteleros de Salta.

A su casa llegaron personalidades de las artes cinematográficas como Enrique Muiño, Francisco Petrone o Ángel Magaña, mientras filmaban la trascendente película La Guerra Gaucha.

Hoy, la esquina de Pueyrredón y España, con su típica ventana esquinero de madera, guarda entre sus paredes recuerdos, secretos y anécdotas de tantos personajes que la transitaron y fueron protagonistas fundamentales para la cultura de esta tierra.

Dejaron sus huellas profundas e imborrables Atahualpa Yupanqui, Manuel J. Castilla, "Ucururo" Villegas, Díaz Villalba, el "Poncho" Marrupe, Martín Salazar, el "Coya" Bustamante, Luis Preti, "Toquichi" Maehashi, José Ríos, Benjamín Toro, Miguel Ángel Pérez, Antonio Yutronich, el "Payo" Solá, Juan Manuel Fangio y, en 1964, un año antes de la muerte de "Pajarito", el universal José Luis Borges.

Son varios los cantores solistas y compositores musicales que surgieron en Pueyrredón 106. Por nombrar algunos de ellos citemos a  Los Fronterizos (Juan Carlos Moreno, Carlos Barbaran Alvarado - que luego fue remplazado por Cesar Isella -, Gerardo López y Eduardo Madeo), que en muchas oportunidades ensayaron sus canciones allí y a los que “Pajarito, mediante sus contactos y conexiones les abriera las puertas hacia la fama.

Lo mismo pasó con Los Cantores del Alba (integrados por entonces por Tomas “Tutu” Campos, Guillermo Vaca, Gonzales Lobo y Javier Pantaleón. Más tarde González Lobo fue remplazado por Horacio Aguirre. Ambos grupos, Fronterizos y del Alba, nacieron como conjuntos en la casa de Pajarito Velarde que también fue el padrino artístico de ambos.

En esa casa, donde siempre estaba presente la música, el arte y las tertulias trasnochadas, solían estar presente, José Juan Botelli, Cesar Perdiguero, Hernán Figueroa Reyes, José Ríos, Julio Espinosa, Julio Díaz Villalba, Juan Carlos Dávalos y sus tres hijos: Arturo, Ramiro y Jaime, Miguel Ángel Pérez, Raúl Araoz Anzoátegui. Todos músicos, artistas, poetas y bohemios de Salta.

También pasaron por “Pueyrredón 106”: Tito Lusiardo, actor, bailarín de tango y amigo de Carlos Gardel; Edgardo Donatto y Julio De Caro, dos grandes directores y compositores; Armando Bó, Silvina Roth, los poetas María Vázquez, Conrado Nalé Roxlo, José Pedroni; el dramaturgo Alberto Vacarezza; el poeta español León Felipe;  Mario Clavel, conjuntos folclóricos como “Los Hermanos Ábalos”, “Los Quilla Huasi” y “Los Arroyeños”.

Fueron destacados visitantes Vicente Gonzales y Fermín Álvarez, un  mecenas del folklore en Buenos Aires; Julio Martínez Oyanguren, Abel Fleury, Kurt Lange, la bailarina de flamenco y tango Angelita Vélez, los compositores Fernando Ochoa, Ariel Ramírez y Nicanor Zabaleta.

Tan conocida y popular era esa casa que Héctor García Martínez, autor del Diccionario del quehacer folklórico argentino, cuenta que toda persona que estuviera o no estuviera en Salta y  se dirigiera a “Pajarito” Velarde, le mandaba una carta con un dibujo de un pajarito en el anverso del sobre, este llegaba  a la ciudad de Salta y ya sabían los carteros que esa carta era para “Pajarito”.

En una ocasión Manuel J. Castilla, desde Perú y haciendo ostentación de que tan conocido era el Pajarito y su casa, le mandó una postal y le escribió en el sobre: 

 

"En Salta de la Argentina,

cartero como sabéis,

vive un pájaro que trina

en Pueyrredón 106.

 

Si el pájaro no se encuentra

entregue  esta carta de amor

a un muchacho calavera

Guillermo Velarde Mors".

 

Su partida

Ese día de agosto de 1965, la señora que trabajaba en la casa, lo quiso despertar y no respondía. Tenía 69 años. “Pajarito” murió como había vivido, abrazado a las cosas amadas, a los libros y la música. Lo encontraron acostado en su cama tallada en madera de palo santo, con sus ojos cerrados, un libro abierto sobre el pecho y la música de su tocadisco sonando.

Murió tan inesperadamente, que no se pudo grabar la zamba que le compusieran sus amigos, el poeta José Ríos y el músico José “Coco” Botelli y le cantaran Los Fronterizos como una serenata, al pie de su ventana, en una madrugada de 1963.

Al día siguiente de su fallecimiento, "Pajarito" fue trasladado hasta el panteón familiar en el cementerio de la Santa Cruz. Hasta allí llegaron en cortejo sus amigos, al son de suaves sones de guitarras dolientes. Esa sentida música fue, sin duda, el último homenaje bohemio que recibió "Pajarito".

Después se escucharon las palabras de despedida de César Perdiguero y  de José Juan Botelli

Homenajes eternos

Eraclio Catalin Rodriguez  (más conocido como Horacio Guarany), y Cesar Isella recuerdan a “Pajarito” Velarde en unos de los versos de una zamba compuesta por ellos para el Cuchi Leguizamón, titulada “Padre del Carnaval”.


Vibra en tus parches vino salteño
La voz del carnaval
Machao de tiempo voy a tu encuentro
Necesito olvidar
Machao de tiempo voy a tu encuentro
Padre del carnaval.

Pucha que lindo si Omar el persa
Por hai te hubiera hallao
Que macha linda cuanta poesía
Nos hubiera soltao
Que macha linda si Omar el persa
Por hai te hubiera hallao.

Vino hermano
Si lo ves al Cuchi Leguizamón
Pégale el grito vamos pal norte
Quemando el corazón
Alza tus pilchas vamos pal norte
Cuchi Leguizamón.

Cuentan las viejas que en Payogasta
Y un poco más allá
El alma sola de Pajarito
De noche suele andar
El alma sola sin un traguito
Pucha que frío hará.

Vino salteño, macho sin dueño
No me lo haguís llorar
Pasale un trago yo te lo pago
Si no le querís fiar
Pasale un trago yo te lo pago
Padre del carnaval.

Vino hermano
Si lo ves al Cuchi Leguizamón
Pégale el grito vamos pal norte
Quemando el corazón
Alza tus pilchas vamos pal norte
Cuchi Leguizamón.


 https://www.youtube.com/watch?v=GjrF1IjkZRo

Oscar “Cacho” Valles (miembro de los Cantores de Quilla Huasi), hace un reconocimiento a “Pajarito” Velarde en la Zamba "Del mismo Palo".

 

Mi tata fue guitarrero cantor de madrugada
Cumpa del Payo Solá, churo carpero de Salta

Su trajinar en el patio mi mamá repechaba
Mientras cantaban los dos las zambas que me enseñaban

Rancho quema'o por el sol, quincho y paja, piedra y barro
Donde un cantar me acunó, hecho de aloja y lapacho
Yo también me hice cantor, astilla del mismo palo

 

Por trasnochar, meta coquear desde las Cacharpayas
La sangre del carnaval se me ganó dentro el alma

No olvidaré cuando se fue apurando la tarde
Y el último amanecer del pajarito Velarde

Rancho quema'o por el sol, quincho y paja, piedra y barro
Donde un cantar me acunó, hecho de aloja y lapacho
Yo también me hice cantor, astilla del mismo palo

https://www.youtube.com/watch?v=rj6Sdoxmb94

Jaime Dávalos, con la picardía que lo caracterizaba, le dedicó una  glosa a la soltería de “Pajarito” Velarde que dice

“Pajarito, pajarito,

cuándo vas hacer el nido,

provéelo de una escopeta,

al retrógrado Cupido”. 

La propiedad de Pueyrredón 106, fue adquirida años después de su muerte por Roberto Romero, propietario del diario “El Tribuno” de Salta.

Se la compró a sus familiares con todo lo que contenía adentro y en Abril de 1966  se convirtió en la única Casa - Museo de Salta, con el nombre de Museo Folklórico “Pajarito Velarde”.

Si van a Salta, no se pierdan la oportunidad de visitarlo.


Bibliografía

 

BORELLI, L. (2015). A 50 años de la muerte de Guillermo Pajarito Velarde | Relatos de Salta. https://www.eltribuno.com/salta/nota/2015-8-1-0-29-0

HIDALGO, A. Guillermo Velarde, Pajarito. Argentina es Folklore, http://argentinafolkloreyprovincias.es/Guillermo-Velarde-Pajarito-Por-Andres-Hidalgo-Argentina-Folklore/603

SINATRA SOUKOYAN, F.  (2021). Pajarito Velarde: el mecenas sin dinero. https://www.pagina12.com.ar/ 387938

EL TRIBUNO (2018). Pajarito Velarde, un visionario que reunió al movimiento folclórico cultural. https://www.eltribuno.com/salta/nota/2018-8-1-15-8-0-