miércoles, 22 de mayo de 2019

Estilo Mitre: defender fronteras con engañapichangas



"Hemos jurado con Sarmiento que ni uno solo ha de quedar vivo", dijo Mitre en 1852, refiriéndose a sus adversarios políticos. Y vaya si lo cumplieron.
Nunca le tembló la mano para “importar” oficiales de las fuerzas armadas para lograr sus objetivos.
El famoso caso de “los coroneles de Mitre” (aquellos sanguinarios uruguayos que tenían “vocación de servicio” para el “control ideológico del gaucho”), ya tenía antecedentes.
En 1855 un grupo de residentes italianos fueron llevados con engañapichangas para que formaran una colonia de agricultores – soldados y defendieran los embates de Calfucurá. La llamaron Nueva Roma, a pocos kilómetros de Bahía Blanca.
Es difícil empuñar un arado con la misma ductilidad que un fusil, y su instrucción no fue precisamente agronómica.
A fuerza de férrea disciplina militar, y sin vocación por la tierra, el “proyecto Mitre” esta vez fracasó.