Algunos escritores coinciden que “cuando se mezcla la leyenda con la historia, es mejor quedarse con la leyenda”, aunque esto de alguna manera significa que no existen suficiente documentación historiográfica para apoyar un hecho.
Este es uno
de esos casos. Claro que Dolores “la tigra” Díaz existió en cuerpo y alma, y
que estuvo entreverada entre lanzas y polleras junto con otras mujeres, sin
embargo buena parte de los relatos existentes ocultan misterios sobre el resto
de su vida.
Es allí
donde la historia se confunde con la leyenda, y al relato hay que completarlo y
“redondearlo” para que parezca verosímil (que
tiene apariencia de verdadero según la RAE).
Lo cierto es
que su existencia estuvo atada a la vida y algunas acciones del caudillo Felipe
Varela, particularmente en la batalla de Pozo de Vargas, sin embargo nada se
dice de ella en el parte de guerra.
Así son las
cosas. No todo se puede contar con respaldo. Algunas cosas porque no se saben y
no se estudian y otras por que no se quieren decir.
Se llamaba
Dolores Díaz y habría nacido en La Rioja alrededor de 1820. No hay muchos relatos ni documentos sobre su niñez y
adolescencia, y aparece recién en la escena de la guerra civil entre Unitarios
y Federales en el corto período de 1867 y 1870.
Existen algunas referencias que, en los tiempos de
paz, Dolores sobrevivía con su oficio de tejedora de ponchos y mantas, cuando
no finas prendas de hilo en el bastidor.
Fue
militante de las montoneras riojanas, sin embargo, para la época, es raro que
una mujer de más de 40 años se incorpore a las fuerzas del caudillo Felipe
Varela. Más raro aún es que le atribuyan un amorío con el caudillo y el
nacimiento de un hijo de este, “que se le parecía bastante”.
Algunos
conocidos historiadores de nuestro país y periodistas “especializados” aseguran que Dolores fue la esposa de Felipe
Varela, cuando en realidad existen numerosos documentos que demuestran que, e n
Guandacol, los pagos de residencia del caudillo, este formó su hogar con una
hija de su protector llamada Trinidad Castillo. Tuvo varios hijos, entre los
que se cuentan Isora, Elvira, Bernarda y Javier.
Los
responsables de contar nuestra historia se deben documentar y no “tratar de
darle un cierre al relato” que es lo ocurrido con Dolores Díaz.
¿Cuándo aparece Dolores?
Dolores Díaz
es nombrada inicialmente por Marcelino Reyes en su obra `Bosquejo histórico de
la provincia de La Rioja' (1913), quien rescató de la tradición de los llanos
que, previo a los acontecimientos de la batalla citada, una mujer buscó la
adhesión del pueblo riojano para unirse a las huestes del ejército de Varela. Por
su arrojo y valentía le llamaban “La Tigra”.
Por otro lado Rodolfo Ortega Peña y Eduardo Luis Duhalde,
en `Felipe Varela' (1975)
refirieron:
"Dolores Díaz, la montonera, había acompañado a Don Felipe desde el comienzo de la campaña. De ella dice Dardo de la Vega Díaz: "La mujer fue una partícipe activísima en la lucha montonera. Se olvidó que era hermana, esposa o madre de los combatientes y echó leña a la hoguera, vestal impenitente. La venció el instinto de libertad y le endulzó sus dolores la sola esperanza de triunfo".
A pesar de este relato no hay mención de como estaba conformada su familia.
Acciones en la
batalla de Pozo de Vargas
Pozo de Vargas fue una batalla que se llevó a cabo a las afueras de la
ciudad de La Rioja el 10 de abril de 1867.
La misma ha dado lugar a muchas pequeñas pero ricas historias, que conviven
con el más puro folklore.
El caudillo Felipe Varela por lo Federales riojanos (con 1.000 infantes y 3.000 jinetes), y el General santiagueño Antonino Taboada por los Unitarios (con 1.700 infantes y 800 jinetes), se enfrentaron para dejar en el campo centenas de muertos y heridos y toda una polémica de quien fue el vencedor.
La supuesta victoria de Taboada terminó con la mayor rebelión del norte
contra la presidencia de Bartolomé Mitre.
Según Víctor Hugo Robledo en su artículo “Dolores Díaz, La Tigra riojana y montonera,en Todo es Historia N° 604 (2017), sostuvo:
"El desarrollo de la batalla fue adverso para las fuerzas Federales de Varela y la tradición cuenta que "La Tigra" combatió ferozmente en encarnizados combates contra las fuerzas comandadas por Antonino Taboada, y hasta se comenta, que la mujer en un acto de arrojo y valentía, intervino para sacar en ancas de su caballo al caudillo (Varela), cuya monta había sido derribada dejándolo a merced de sus enemigos. Dolores Díaz fue una de las que no se rindió fácilmente y luchó hasta el final.
Se retiró con Varela hacia el Oeste riojano y llegó hasta Jáchal (San Juan), y retornó luego cuando la ciudad había sido tomada por las fuerzas montoneras al mando de Aurelio Salazar, Sebastián Elizondo y Gabriel "Mashorca" Martínez, lo que obligó a Taboada a volver sobre sus pasos para expulsar a los rebeldes, pero La Tigra decidió quedarse en la ciudad y soportar las consecuencias".
Fue detenida y trasladada a la cárcel de El Bracho, en Santiago del Estero, una de las más duras del país. La cárcel albergó a cinco mujeres riojanas acusadas de montoneras.
Además de Dolores Díaz fueron conducidas al mismo lugar, Fulgencia de Contreras, Dolores Andrade, Dolores de Vargas y Micaela Ábrego. Se sumaron a ellas algunos vecinos de la plebe y sociedadculta riojana quienes, por el solo hecho de no haberse sumado al ejército nacional, fueron considerados sospechosos de haber formado parte de las montoneras de Varela.
El Bracho era parte de una cadena de fortines sobre el río Salado que, escalonados de noroeste a sudeste, se prolongaban en territorio santafesino hasta Monte Aguará. Los más importantes además del mencionado eran Matará, Mancapa, Navicha, La Viuda y Taboada.
La Tigra también estuvo prisionera en el Fortín Libertad, y prueba de ello es la única carta que se conoce de Dolores Díaz, y ésta se escribió cuando estaba en cautiverio. La misma está fechada el 2 de diciembre de 1867 en el Fortín Libertad, ubicado entre sus similares de Mancapa y La Viuda (llamado así este último “por el sufrir”). Se ubicaban sobre la margen oeste del río Salado y frente a la costa santafesina.
A don Antonino Taboada el encarcelamiento de estas mujeres riojanas le quema en las manos, y es entonces cuando le dirige esta carta al Juez Federal de La Rioja quien reclamaba por la libertad de ellas.
“General
en jefe del Ejército del Norte – Cuartel General Catamarca, Febrero 7 de
1868.
Al señor
juez de sección de La Rioja, doctor Natanael Morcillo:
Contesto
a la nota fecha 26 del ppdo., que V. S. se ha servido dirigirme, reclamando a
Dolores Díaz (a) “La tigra”, que fue confinada por disposición del Cuartel
general, a la frontera de Santiago, por el tiempo suficiente para que su
presencia en La Rioja no fuese peligrosa al orden nacional (…).
La
mencionada Dolores Díaz y cinco mujeres más, fueron confinadas a Santiago del
Estero, no han sido sujetas a juicio, ni han sufrido la aplicación mínima de
pena, pues solo a V. S. corresponde esta atribución; ellas han sido simplemente
trasladadas de un punto a otro de la República, en obsequio de la tranquilidad
y del orden de una de sus provincias más azotadas por el vandalaje, a cuyo
frente ha figurado más de una vez esa mujer, en los robos y salteos que han
tenido lugar en la ciudad de La Rioja.
Sabedor
de que Dolores Díaz y sus compañeras de la hez de la población de La Rioja, a
la que pertenecía la primera, eran, puede decirse, el alma de la montonera, con
cuyos robos y saqueos traficaban, contribuyendo con su consejo y su palabra a
fomentar los hábitos perversos de los gauchos que formaban la montonera de
Varela, resolví extrañarla del teatro de sus excesos por un tiempo determinado,
hasta que, como hemos dicho antes, el orden y la tranquilidad se afianzara
sólidamente en La Rioja.
(…) He
dispuesto anteriormente que todas ellas pueden regresar libremente a esa
provincia, donde V.S. puede proceder al enjuiciamiento y castigo de los delitos
porque hay proceso”.
General Antonino Taboada
Triste, solitaria y final
La cárcel duró un año y Díaz fue liberada recién en mayo de 1868. Existen
quienes sostienen que Dolores volvió a La Rioja, se reencontró con sus hijos
(¿??), y buscó subsistir como tejedora de ponchos y mantas, nunca pudo
reencontrase con Varela.
El caudillo se retiró definitivamente a Chile donde falleció de tuberculosis el 4 de junio de 1870, perdiéndose el dato del deceso de esta mujer.
En la ciudad de La Rioja, en abril de 2018, se inauguró en el Barrio Vargas el "Paseo de la Mujer Federal" donde se emplazó la estatua de Dolores Díaz `La Tigra', en donde se libró la batalla del Pozo de Vargas, del 9 de abril de 1867
Bibliografía
EL INDEPENDIENTE (2018). ¿Quién fue la riojana y montonera Dolores
Díaz? https://www.elindependiente.com.ar/pagina.php?id=170112
GALASSO, N. Dolores Díaz
(«La Tigra»). (Aproximadamente
1820 – 1880). https://www.periodicovas.com/dolores-diaz-la-tigra/
PEREZ, A. (2014). Chepes:
Felipe Pigna Y Sus Datos Erróneos Sobre Las Mujeres Riojanas. https://julio-chepeslarioja.blogspot.com/2014/11/chepes-felipe-pigna-y-sus-datos.html
REVISIONISTAS.
Dolores Díaz. http://www.revisionistas.com.ar/?p=8569
VAZQUEZ, P.A. (2021). La riojana Dolores "La Tigra" Díaz fue miembro del ejército de Felipe Varela. Ejemplo de coraje y resistencia. https://www.laprensa.com.ar/507619-Ejemplo-de-coraje-y-resistencia.
VERA, M.D. (2016). Errores de un prestigioso historiador. https://www.elesquiu.com/correoyopinion/2016/3/30/errores-de-un-prestigioso-historiador-210671.html