lunes, 25 de septiembre de 2017

Los “rejuntes políticos” como herramienta de oposición. La Coalición del Norte


Nuestra historia (incluso la reciente), está llena confrontaciones, algunas veces ideológicas, otras por intereses territoriales o personales. Algunas veces se discutieron ideas, otras solo hechos.

La formación de la Coalición del Norte es un claro ejemplo de “rejunte” de gente que si bien pensaban diferente entre si (Unitarios, Liberales, Centralistas, algunos Federales del interior), tenían un enemigo común, en este caso el pensamiento y el accionar de Rosas.

Muchos no querían una patria justa, libre y soberana. Porteños y provincianos “aporteñados”, barnizados con una pátina de ilustrados e iluminados, quisieron imponer su modelo, a como diera lugar, de la misma forma que sus adversarios.

Muchos, de ambos lados, confundidos, se cambiaban de bando cuando comprendían que sus ideas de país confrontaban con las de su aliado temporal.


Esta es una historia corta por su duración (apenas 14 meses), pero compleja y profunda por sus consecuencias políticas y sus miles de muertos.

jueves, 21 de septiembre de 2017

Abandonos, traiciones, sobornos y amoríos. La muerte de Lavalle


“Una espada sin cabeza” lo llamó San Martín, o “El cóndor ciego” dijo José María Rosa sobre Juan Galo Lavalle.

Los acontecimientos les terminaron de dar la razón: valiente como pocos; políticamente incorrecto la mayor parte del tiempo; verdugo de Dorrego por “escuchar los cantos de sirena” de los porteños antifederales que todo el tiempo confundían Patria con Gobierno y “lo mandaban al frente”, amante de su tierra y de cuantas mujeres se le cruzaran, y en buena parte inquebrantable ante las ofertas de soborno del gobierno de Francia y sus adláteres locales.

Murió de una manera curiosa relatada por la historia oficial como un cuento de bandidos, y su cuerpo penó por el paisaje quebradeño para evitar el escarnio de sus enemigos.


Este es un pedacito de nuestra historia.

viernes, 15 de septiembre de 2017

Florencio Varela esquina Rivera Indarte. Las “Tablas de Sangre”


Si en alguna ciudad o pueblo de nuestro país existiese una esquina entre las calles Florencio Varela y Rivera Indarte, seguramente se podría haber instalado un café o un bar llamado “Los Traidores”, o “Las Tablas de Sangre”, cartelería esta no muy adecuada para estos negocios, pero muy propicia para la historias de estos dos “próceres”.

Confundiendo, una vez más, Patria con Gobierno, Florencio Varela y Rivera Indarte trabajaron denodadamente para terminar con el gobierno de Rosas, aunque para ello tuviesen que ofrecer un pedazo de su país “a cambio”  de otras mezquindades a potencias extranjeras.


Ninguno de los dos se puede considerar exitoso. Ni a Varela le creyeron los argumentos, los ingleses ni franceses para conformar un nuevo país, ni a Rivera Indarte las denuncias contra Rosas. 

Esta es una de esas pequeñas historias que la historiografía oficial no cuenta.



viernes, 8 de septiembre de 2017

No todo lo que brilla es oro riojano


Bernardino González Rivadavia, cuya ambición casi no tenía límites, se asoció con capitales británicos para explotar las minas de oro y plata del cerro Famatina en La Rioja.

Cuando fue Presidente lo primero que hizo fue determinar que todo el subsuelo de las Provincias Unidas era de manejo exclusivo de la Presidencia, sin embargo había otros intereses en La Rioja (riojanos, porteños e ingleses), que, no solo impidieron que esto ocurriera, sino que crearon la más importante Casa de Moneda de este país en formación.

Los resultados de tales enfrentamientos fueron la quiebra de las empresas mineras, la estafa de los inversores, y la guerra entre unitarios y federales.
Fueron 36 años de funcionamiento acuñando oro y plata de circulación nacional hasta el final del mandato de Urquiza.

Esta es una historia compleja, llena de intrigas, intereses y traiciones, donde los historiadores no se ponen de acuerdo, como en tantas otras de nuestro país.

lunes, 4 de septiembre de 2017

¡ Che González,devolvé la guita !


Bernardino González, más conocido como Rivadavia, inspirador del nombre de una de las calles más largas del mundo (vaya uno a saber porque, pero tiene 37 km), fue un “intendente” de Buenos Aires que hizo muchas obras, pero con el presupuesto que nos correspondía a toda la Nación (… así cualquiera), que obviamente no co participaba. El dinero de préstamos y “encajes bancarios” tenían como garantías el suelo y subsuelo de todas las provincias.

Lo único que realmente le importaba a Don González era su propia figura, y al cabo de tanto insistir lo consiguió.

Centralista como pocos, amaba a “su” Buenos Aires y no le importaban las guerras de la independencia, aunque se perdieran territorios como el Alto Perú en manos realistas, o la Banda Oriental.

No conforme con eso nos endeudó tanto como pudo, total… “pagadios”. Pero se ve que Dios estaba muy ocupado en otras cosas, y el empréstito de la Baring Brother lo terminamos pagando todos nosotros, 120 años después, aunque la Argentina provinciana no vio un solo peso. Por eso “la popular” le gritaría “che González, devolvé la guita”.


Si San Martín, Belgrano, Dorrego y otros tantos lo detestaban, por algo será.

Los niños en las luchas por la independencia


A lo largo de la historia, y en muchas culturas, ha habido niños involucrados en campañas militares, incluso cuando estas prácticas estaban en contra de los usos culturales.
El uso militar de niños (inclusive hoy),  toma formas distintas: pueden tomar la parte directa en las hostilidades (niños soldados), o pueden ser utilizados en papeles de auxiliares tales como espías, mensajeros o patrullaje.
Algunos ejemplos de niños “famosos” en nuestro territorio representan a otros cientos anónimos que lucharon y, lamentablemente, muchos murieron.

El Tambor de Tacuarí, José Luis Basualdo, el postillón de la posta de Ojo de Agua, los soldaditos de Acosta Ñú o los pequeños espías de Güemes, son solo un ejemplo para recordar.