Nuestra historia (incluso la reciente), está llena confrontaciones, algunas veces ideológicas, otras por intereses territoriales o personales. Algunas veces se discutieron ideas, otras solo hechos.
La formación de la Coalición
del Norte es un claro ejemplo de “rejunte” de gente que si bien pensaban
diferente entre si (Unitarios, Liberales, Centralistas, algunos Federales del
interior), tenían un enemigo común, en este caso el pensamiento y el accionar
de Rosas.
Muchos no querían una patria
justa, libre y soberana. Porteños y provincianos “aporteñados”, barnizados con
una pátina de ilustrados e iluminados, quisieron imponer su modelo, a como
diera lugar, de la misma forma que sus adversarios.
Muchos, de ambos lados,
confundidos, se cambiaban de bando cuando comprendían que sus ideas de país
confrontaban con las de su aliado temporal.
Esta es una historia corta
por su duración (apenas 14 meses), pero compleja y profunda por sus
consecuencias políticas y sus miles de muertos.