El Cabo Savino de Carlos Casalla |
Los fortines en
nuestro territorio aparecieron como respuesta a las invasiones de los nativos
que reclamaban, ante los invasores, lo que era suyo.
Los “conquistadores”
y los pueblos indígenas convivieron más de 400 años y en ese período no siempre
todo fue combate ni invasión. Todo comenzó en 1515 y fue terminando en 1919.
Durante estos cuatro
siglos hubo períodos de sana convivencia y de batallas despiadadas, y la vida
en los fortines fue tan terrible para esos “milicos” pobres como lo fue el
desprecio de las autoridades que deseaban para si el resultado del territorio
“ganado”.
Hombres “levados” y
sin formación, pero con un profundo sentido del deber, junto con una
oficialidad joven que los acompañaban (algunos ingresaban a los 14 años),
fueron “abono” para los desiertos y las selvas y “ganadores” del olvido.
Hubo cuarteleras,
mujeres bravas, sufridas y valientes como La Pasto Verde.
Muchos fortines
desaparecieron por los ataques nativos o por su obsolescencia, pero algunos se
transformaron años más tarde en prósperas ciudades.
Algunas pocos (de los
varios cientos que existieron), tuvieron reconocimiento.
Conozcamos algo más …