Los historiadores coinciden en que, si bien las
guerras de conquista de los españoles y portugueses y las enfermedades
produjeron estragos en la población nativa de América del Sur, el trabajo
forzoso tuvo una contundencia mayor en su disminución demográfica.
Tras muy malas experiencias, las coronas europeas
decidieron dar un cambio de rumbo asignando a los jesuitas esta misión.
Según la interpretación de
algunos autores, es como si los jesuitas hubiesen dicho:
“en Europa ya no tenemos nada más que hacer, esta
sociedad ya está corrompida por el lucro, la codicia, la crueldad.
Busquemos un lugar donde podemos hacer el ensayo de
una civilización totalmente distinta, en donde no exista el espíritu de lucro,
donde la gente trabaje solidariamente, donde nadie tenga dinero porque no lo
necesita, donde se viva como hermanos”.
Desde cierto punto de vista se
puede decir que era un régimen económico socialista, en el sentido en que nadie
tenía nada propio salvo las cosas domésticas, y todas las necesidades eran
subvenidas por la comunidad.
Vale la pena profundizar un
poco en este tema.