Seguramente bailamos este carnavalito en decenas de fiestas de la escuela primaria, y lo vimos bailar y lo escuchamos en cientos de festivales, pero pocos sospechábamos de su verdadero origen.
Este ritmo, tan caro
a nuestros sentimientos, al escucharlo y reproducir su letra, nos imaginamos que
su autor era un nativo de la bella Quebrada de Humahuaca, en Jujuy, hombre
tranquilo, con una humildad al hombro que le permite disfrutar de su paisaje,
pero no es así.
El autor de letra y
música de El Humahuaqueño es un porteño (Edmundo Zaldivar), un tanguero que no
conocía la Quebrada y que inspira su ritmo en el traqueteo continuo y
sistemático del tranvía en que viajaba a trabajar.
Hoy sus restos
descansan en Humahuaca bajo un monumento que recuerda su memoria y su obra
(considerada un himno para el pueblo jujeño), y la fecha de su desaparición (el
7 de febrero), se transformó, desde 1982, en el Día del Carnavalito.
Se estima que existen más de 1.400 versiones y fue traducido a más de 70
idiomas, convirtiéndose en la música argentina más difundida en todo el mundo.
Así son las cosas de
nuestra tierra.
¿Qué es y que significa un carnavalito?
El carnavalito es
una danza tradicional que se baila en Argentina antes de la llegada de los colonizadores europeos. Hoy sigue bailándose
en el Noroeste de Argentina, y en la zona occidental de Bolivia, pero con determinadas figuras de otras danzas incluidas por el paso
del tiempo.
También se baila en el Departamento de Nariño al sur de Colombia, norte de Chile y
en partes de Perú,
como Arequipa y Cajamarca.
La música se caracteriza por la utilización de instrumentos como
la quena, el charango,
el erkencho, el erque,
la caja chayera, el sikus y
el bombo.
Es una danza de conjunto, es decir, se baila en grupo y con varias
parejas, que realizan coreografías al compás de la música. Los bailarines se
mueven en torno a los músicos o en hilera. Una mujer o un hombre con un pañuelo
(o banderín adornado con cintas), en la mano, se encarga de dirigir. Todos
cantan la misma copla o entrecruzan improvisaciones.
Las figuras son la rueda, la doble rueda, la hilera de itinerario libre
y otras. Es común el trote, larga fila que forman de a dos bailarines tomados
del brazo. Se destacan las figuras conocidas como «el puente», «las alas» y
«las calles».
El carnavalito habría nacido al calor del huayno valluno proveniente del
Perú, y la tradicional jota española durante el ocaso del coloniaje y el siglo
XIX.
Su interpretación cierra las fiestas después del primer Viernes de
Pascua. Su importancia no sólo es festiva. Por lo general, sus letras eran
viejas composiciones rimadas, portadoras de enseñanzas tradicionales y de
historias de enamorados.
El Carnaval de Humahuaca se celebra todos los
años al comienzo de la Cuaresma, 40 días antes de Semana Santa. Se trata de una
festividad criolla que mezcla el carnaval que trajeron los europeos al Nuevo
Mundo con los ritos y danzas en honor a los dioses de las religiones precolombinas, a la Pachamama principalmente, a quien se daba las gracias
por la generosidad de la tierra en sustentar la vida del hombre.
La fiesta se prolonga durante 8 días hasta el
llamado "domingo de tentación",
durante ese tiempo las calles se llenan de bailarines vestidos con trajes
multicolores que cantan y bailan por todos los pueblos.
El carnavalito es de origen incaico
que se baila en todos los ambientes sin distinción de clases sociales. Es
la forma más evolucionada, compleja y moderna de las grandes rondas colectivas
prehistóricas.
El paso
es sencillo: se trata de un trotecito ágil, pero no violento ni saltado. Todas
las figuras se realizan sin ninguna pausa. La forma musical consta de tres
partes y el compás es de 6 por 8.
En esta
celebración se produce la liberación casi desenfrenada del hombre para manifestar
así su rebelión frente a los esquemas sociales establecidos, a los privilegios,
a las normas morales y a la sumisión ante el poderoso.
La
figura que representa al carnaval es el diablo, pues él permite desprenderse de
los aspectos negativos que estuvieron reprimidos durante todo el año.
Los
festejos en sí comprenden bailes, cantos, comidas y bebida en abundancia.
Además incluyen algunas ceremonias que se repiten año tras año como el
desentierro y entierro del carnaval. Este último simbolizaría el arrepentimiento
y el fin del frenesí.
En todo
caso, en la tradición jujeña, se produce una libre asociación entre los valores
de la religión cristiana y los rituales paganos.
¿Qué dice El Humahuaqueño?
La
canción de poesía simple y breve, hace referencia a las celebraciones del
carnaval de Humahuaca, la cual es, como dijimos, una fiesta con origen en el
sincretismo entre las tradiciones autóctonas indígenas y las implantadas por
los españoles.
Llegando está el
carnaval
quebradeño, mi cholitay.
quebradeño, mi cholitay.
Fiesta de la Quebrada
Humahuaqueña para cantar:
erke, charango y bombo,
carnavalito para bailar...
Humahuaqueña para cantar:
erke, charango y bombo,
carnavalito para bailar...
Quebradeño...
Humahuaqueñito..
Humahuaqueñito..
Fiesta de la
Quebrada
Humahuaqueña para cantar:
erke, charango y bombo,
carnavalito para bailar...
Humahuaqueña para cantar:
erke, charango y bombo,
carnavalito para bailar...
¿Quién fue Zaldivar (h)?
Desde pequeño mostró interés por la música, cultura y tradiciones
argentinas a través de las tertulias celebradas en su casa paterna.
Don Dalmasio Castrillo, un antiguo poblador de
Uquía (Quebrada de Humahuaca), tenía un almacén de ramos generales cerca de la
casa de los Zaldivar.
Su padre, y él a muy corta edad, participaban de
esas tertulias nacionalistas con Güiraldes, Rojas, Lugones, donde junto a otros
músicos y poetas se reunían para hablar de la Argentina que soñaban.
Allí, a los
cinco años don Castrillo le enseñó a tocar la quena y el charango, y un
entrañable amor por Jujuy. Debutó
a los 7 años acompañando a su padre en audiciones de la LR 10 Radio Cultura.
Su primer antecedente como compositor se remonta cuando tenía 14 años.
Por entonces compuso una zamba llamada Nunca, nunca, que aún en el
presente sigue siendo utilizada por muchos profesores para enseñar a bailar
esta popular danza.
A los 21 años formó su primer conjunto folklórico y ese mismo año
integró la orquesta típica (tanguera) "Los Indios", que dirigía Ricardo
Tanturi (“el caballero del tango”).
Colaboró con figuras tan notorias como Ciriaco
Ortiz, Manuel
Acosta Villafañe, Aníbal
Troilo, Roberto
Grela, Edmundo
Rivero, Charlo (Carlos José Pérez), entre otros, a veces con el pseudónimo Chacho
Espil. Se desempeñó como guitarrista estable durante 21 años en Radio
El Mundo.
En 1963 se hizo acreedor del primer premio en música inédita con la
canción "San Antonio de Areco" en el Tercer Festival
de Folklore de Cosquín.
A fines de la década del 60 fue compañero de Ciriaco
Ortiz, en el local tanguero El Viejo Almacén de San Telmo, en un dueto de guitarra y bandoneón. Complementó su labor de autor e
intérprete con la enseñanza, desempeñándose como profesor de ritmos en la
Escuela Nacional de Danzas. Fundó diversas academias en todo el país donde se
impartían lecciones de guitarra.
Compuso, entre muchas otras obras El Humahuaqueño en el año 1941. Por esos años, Zaldívar
vivía en barrio San Nicolás y tomaba regularmente el tranvía 99 hasta Radio
El Mundo.
Su hijo relató tiempo después:
“Mi padre (que no sabía componer música), compuso el tema en un tranvía, viajando a
radio El Mundo, donde era guitarrista estable. Al escuchar el repiqueteo
acompasado que hacia el transporte al frenar empezó a repetirlo palmeando el
estuche de su guitarra, con el ritmo y la melodía en la cabeza, después lo
terminó en el estudio de radio”.
“Como mi padre era muy serio y nunca falseó su
ideología, y su forma de ser, yo no puedo agregarle cosas y matices que no sean
reales. Sería mucho más poético y romántico decirle que una noche sentado
debajo de un cactus, se le ocurrió esa obra, pero no, se le ocurrió arriba de
un tranvía”.
Aunque Edmundo Zaldívar sentía admiración por la
música del norte y al altiplano desde su niñez, recién conoció la Quebrada de
Humahuaca, invitado por la familia Aramayo, algunos años después de haber
compuesto el carnavalito que recorrió el mundo.
El Humahuaqueño fue un éxito inmediato. Se estima que existen más de
1.400 versiones y fue traducido a más de 70 idiomas, convirtiéndose en la
música argentina más difundida en todo el mundo.
Su mayor éxito, sin embargo, lo logró en Francia, con más de 200 versiones distintas, y en Alemania, conocida como Blumenfest in Perú (Fiesta de la flores en Perú), donde alcanzan a un centenar,
siguiéndoles luego Inglaterra, Italia y los Países Bajos.
En Estados Unidos llegó a estar en los primeros puestos de popularidad, a través de una
muy particular versión conocida con el título de Kiss me another (Bésame otra vez).
Dadas las numerosas versiones del tema, a
veces la poesía ha sufrido leves cambios. Algunos autores cambian y/o alternan
el verbo bailar por cantar y gozar.
El erke que se cita en la canción
es una especie de trompeta alargada típica del Norte de Argentina y quizá
debido a su relativo desconocimiento, muchos artistas han cambiado erke por quena.
De
autores y confusiones
El
Humahuaqueño, si bien fue creado en 1941, fue inscripto en SADAIC (Sociedad
Argentina de Autores y Compositores), bajo el registro 68073 | ISWC T-037021800-0, recién el 5 de noviembre de 1953, cuyo único
autor y compositor fue Edmundo Porteño Zaldivar.
A pesar de esto hay
confusiones con otro carnavalito, también famoso, llamado Carnavalito
quebradeño, cuyos autores son los Hermanos Abalos, santiagueños ellos, que fue registrado
en 1942 y sus primeros versos dicen:
Quebradeño a mí me dicen
porque nací en la quebrada
carnavalito, de mi querer,
toda la rueda venga a bailar.
Algunos autores poco
informados consignan que la letra de El Humahuaqueño es de Jaime Dávalos, cosa
absolutamente inexacta.
Homenajes y reconocimientos
Zaldivar, por esas ironías de la vida, murió un 7 de febrero a los
60 años en vísperas del carnaval de 1978. Hoy sus restos
descansan en el cementerio San Antonio de Humahuaca bajo un monumento que recuerda
su memoria y su obra.
Monumento en la tumba
de Edmundo Zaldivar en Humahuaca. Fuente: El Tribuno
Como corolario, escribió unos
versos antes de morir que el Gobierno de Jujuy los aceptó y los llevó cuando lo
enterraron en el Cementerio de Humahuaca.
“Cuando mi
noche llegue en una zamba,
cuando mi
noche llegue a su razón sin una estrella,
quisiera
cerrar mis ojos mirando el cielo junto a tu piedra.
Te di mi
copla y mi canto, te di mi sueño tierra querida”.
“Mi padre fue siempre un agradecido de un bailarín que
se llamaba Joaquín Pérez Fernández, que tenía una compañía de baile muy
importante. En 1949 o 1950, éste bailarín emprende un viaje por todo el mundo,
contratado por una empresa. Tenía que trabajar dos meses, e incluyó unos bailarines,
que hicieron un cuadro del carnavalito con una escenografía de montañas y todo
eso, y llevó eso por todos los lugares del mundo, con un éxito
extraordinario en Francia, Italia.
De golpe y porrazo, llega a Israel y allí tiene un
éxito tan extraordinario, que esa música pegó tan fuerte que todo el público se
subió en el escenario para bailar e iba guiados por los artistas.
Pasan los años y mi padre lo encuentra en Buenos Aires,
a don Joaquín Pérez Fernández, y le dice. “le agradezco a usted por la difusión
que le ha dado a mi obra en Europa”, porque a él le llegaba noticias. Entonces
le dice: “Mire señor Zaldívar, el agradecido soy yo; tenía un contrato por dos
meses y gracias a su obra estuve dos años viajando por todo el mundo. Muchas
gracias, usted no me debe nada”
El
decreto Nº 3621 de fecha 30 de septiembre de 1954, expedido por el Poder
Ejecutivo Provincial a cargo de Jorge Villafañe, declaró baile y música
regional de la provincia de Jujuy al Carnavalito de la Quebrada de Humahuaca. Considerada
un himno para el pueblo jujeño, se transformó, desde 1982, en el Día del
Carnavalito.
Bibliografía
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